
MÉXICO.- La testigo que reveló al canal de televisión France24 la desaparición masiva de 31 estudiantes en el municipio de Cocula, aledaño a Iguala, Guerrero, el 7 de julio, se encuentra al borde de la embolia por estrés y en un escondrijo “miserable” que se reduce a un cuartito de menos de dos metros cuadrados que comparte con su esposo y dos hijos.
“Estamos realmente preocupados por su integridad física de esta familia”, dijo a este diario Miguel Ángel Jiménez, uno de los miembros de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero, que visitó esta tarde a la familia cuya hija fue secuestrada a la salida de la Escuela Secundaria Justo Sierra.
“Ya pedimos ayuda psicológica a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos porque la vimos muy mal, pero hace falta que de alguna manera el gobierno ayude a darle protección”.
Rosa, el nombre ficticio de la mujer que reveló a la televisión francesa la desaparición masiva de los muchachos de Cocula, dijo que hombres encapuchados usaron supuestos vehículos oficiales de la policía local para hacer el rapto. “Ella tomó el valor de revelar lo que ocurría a una cadena internacional porque entre los secuestrados estaba su hija y para evitar que hablaran con la prensa en Guerrero o nacional le cortaron un dedo a su marido”, dijo Jiménez.
Autoridades implicadas
La denuncia de Rosa involucra por segunda ocasión a elementos de seguridad del municipio. El gobierno federal acusó semanas atrás a los uniformados de la zona de entregar a los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa a delincuentes de la organización Guerreros Unidos que posteriormente los quemaron en el basurero.
Sobre la desaparición de los muchachos de Cocula, TV France 24 destacó que “el silencio colectivo se debe en parte a lo que puede ser otro caso de complicidad entre las autoridades locales y los cárteles de la droga que operan con impunidad en la región. Aunque los captores vestían máscaras, ellos se llevaron a los estudiantes de secundaria en vehículos de la policía que ni siquiera se molestaron en camuflajear”.
No es la primera desaparición de un grupo de personas
El evento de la desaparición masiva no fue el primero en la región ni mucho menos. En julio de 2013, 17 personas fueron levantadas de un tirón sin que la Policía Preventiva pudiera intervenir, según el presidente municipal, César Miguel Peñaloza, porque no tenían el armamento suficiente para enfrentar a los criminales: sólo nueve fusiles y siete pistolas.
UPOEG sostiene que entre esos 17 se encontraban algunos de los 31 jóvenes de Cocula y los otros 14 fueron raptados en otros eventos: “Sí fueron 31, pero no en julio pasado como sostiene la televisora francesa, sino el año pasado”, precisa Jiménez.
La Policía Comunitaria mantiene una mesa abierta de registro sobre el caso de desapariciones en la zona. Hasta la fecha han recabado 150 testimonios de familiares de las víctimas.
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