
Si sientes que la balanza refleja tus esfuerzos para adelgazar y estás segura de que “has hecho bien los deberes”, entonces puede que haya otra razón saboteando tus planes. Así que si has llegado al punto en que hagas lo que hagas no puedes controlar tu peso, tal vez es hora de dejar de mirar el plato y revisar estos tips para averuguar qué anda mal.
La genética. Si bien no es trata de culpar a tu ADN ni te desentiendas del asunto, es cierto que la obesidad tiende a ser hereditaria, así como también los sitios del cuerpo donde almacenamos la grasa, indica el Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre de EEUU (NHLBI, por sus siglas en inglés).
Medicamentos. Antidepresivos, corticoides y ansiolíticos, entre otros, pueden hacerte aumentar de peso, advierte la Clínica Mayo. Si tomas este tipo de medicamentos, consulta con tu médico cuál es el riesgo. / Foto: Thinkstock
La edad. Con los años, comienzan los cambios hormonales (especialmente en la menopausia), la vida se hace menos activa y la masa muscular tiende a disminuir, volviendo más lento al metabolismo. Y aunque sigamos comiendo lo mismo, aumentamos de peso, señala la institución médica.
La falta de sueño. Se dice que “a menos sueño, más peso” y es cierto: la falta de descanso podría provocar cambios en las hormonas que regulan el apetito, haciéndote más proclive a tener atracones de carbohidratos.
Afecciones o problemas de salud
El sobrepeso también podría ser el síntoma de alguna enfermedad. Consulta con tu médico para checar que no estés padeciendo alguna de estas condiciones reseñadas por el NHLBI.
Hipotiroidismo: no produces suficiente hormona tiroidea por lo que tu metabolismo se vuelve más lento, esto podría hacerte subir de peso y provocarte cansancio y debilidad.
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