Uno de cada dos
jóvenes que trabajan en América Latina no tiene un contrato escrito. Solo el
48% de los latinoamericanos tiene un empleo formal, menos que el 61% de los
adultos que sí lo tienen, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Un joven empleado de un callcenter de Lima afirma que hay un
aumento de servicios externalizados de empresas de España, Chile y EE UU en la
capital peruana. “Las condiciones laborales son precarias en contratos y
salarios, muchos no pagan los bonos y sueldos establecidos, y como la mayoría
trabaja allí para pagar sus estudios, no tienen conciencia de sus derechos”.
Durante la
presentación del informe Trabajo decente y juventud en América Latina’,
la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, afirmó que los jóvenes de 15
a 24 años son los más afectados por el desempleo y por la precariedad del
empleo.
De 108 millones
de jóvenes latinoamericanos, poco más de la mitad, 56,1 millones están ocupados
o buscan empleo, y un 13,9% busca y no lo consigue, es decir, 7,8 millones. “La
tasa triplica el desempleo adulto: tres jóvenes por cada adulto no tiene
empleo”, precisó.
Desde la última
medición, en 2005, el desempleo de este grupo de población se redujo de 16,4% a
13,9% -en 2011- en un contexto de crecimiento económico, “pero esta tasa
continúa siendo el doble de la tasa general”, dice el informe.
El reporte
indica que cerca de 27 millones de jóvenes son trabajadores informales, es
decir, un 55,6% de los ocupados jóvenes está afectado por inestabilidad laboral
y carencia de derechos, sea en el sector informal, en empresas formales o en
hogares en trabajo doméstico.
“Seis de cada
diez solo consigue empleo por cuenta propia: no tienen contrato formal, no
tienen garantías, protección, ni perspectivas de mejorar su situación laboral”,
describió la funcionaria. Solo un 37% cotiza al seguro de salud y un 29,4% al
sistema de pensiones.
“Hoy tenemos a
los jóvenes mejor educados de América Latina y con la mayor informalidad y
desempleo en la historia de la región. Las políticas de crecimiento económico
no han logrado cerrar estas brechas”, enfatizó Tinoco.
El reporte, que
toma los datos de encuestas nacionales de hogares de 2005 a 2011 de 18 países,
registra además que el desempleo juvenil es mayor en los sectores pobres:
afecta al 25%.
Tinoco dijo que
“el elevado porcentaje de jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni se ocupan de
las tareas del hogar, especialmente en los sectores menos favorecidos, debería
ser una preocupación central de los gobiernos pues están en riesgo de exclusión
social”.
En la región,
21,8 millones de jóvenes no estudian ni trabajan (20.3% de los jóvenes en edad
de trabajar) denominados ‘ni-nis’, aunque de ellos, 12 millones se dedican a
quehaceres domésticos. La representante del organismo enfatizó que un 70% de
quienes no estudian ni trabajan son mujeres jóvenes.
El informe dice
que “del total de ni-nis, el 24% busca empleo, cerca de 4,6 millones, lo que
representa el 69,6% de desempleados jóvenes”. Pese a estos indicadores, el
documento registra un incremento de 32,9% (en 2005) a 34,5% (en 2011) en el
porcentaje de jóvenes latinoamericanos que solo estudian.
Las cifras por países
Entre los
indicadores más resaltantes por país, destacan Bolivia con el mayor porcentaje
de jóvenes en empleo informal (87,4% con datos de 2009) o Perú (84,7% con datos
de 2011). En Honduras se registra el más alto porcentaje de jóvenes que no
estudian ni trabajan (27,5%) seguido de Guatemala (25,1%), El Salvador (24,2%)
y Colombia (23,4%). El menor porcentaje de ni-nis lo tiene Bolivia: con un
12,7%.
El estudio
incluye además una síntesis de experiencias destacadas de promoción del empleo
juvenil en Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, El Salvador y Perú, entre
otros. La OIT ha lanzado la plataforma en línea YouthPol que documenta planes y políticas de trabajo decente para los jóvenes
latinoamericanos.
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