El lunes pasado, al finalizar una rueda de prensa en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos Barack Obama decidió aligerar un poco el protocolo para despedir a la veterana periodista Ann Compton.
Obama felicitó a Compton por sus 41 años de trabajo en la cadena ABC News, le deseó buena suerte en su retiro y, como premio, le permitió hacer la última pregunta del día. Lo que quizás no esperaba Obama es que Compton lo iba a poner en una situación incómoda.
"¿No ha considerado ir a Ferguson usted mismo?", le dijo la corresponsal, en referencia a las protestas que han paralizado esa localidad de Misuri desde hace más de una semana.
"¿Hay algo más que pueda hacer usted personalmente no sólo por Ferguson sino por otras comunidades que también pueden sentir ese tipo de tensiones?", insistió.
Obama no respondió directamente si pensaba viajar al suburbio de San Luis donde murió abaleado el joven negro Michael Brown, pero sí explicó que tenía que moverse con cautela para no dar la impresión de estar favoreciendo a alguno de los implicados.
"Tengo que ser muy cuidadoso de no juzgar estos eventos de antemano antes de que las investigaciones se completen", respondió el presidente, que anunció que en cambio viajaría el fiscal general Eric Holder este miércoles.
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