El sentido común nos dice que si cae el precio de una fuente de energía, las fuentes alternativas se vuelven menos atractivas.
Por esta razón, es fácil pensar que la caída del precio del petróleo significa un duro golpe para las energías renovables.
Cuando el valor del crudo repuntó en la década de los 70, el entonces presidente Jimmy Carter hizo instalar paneles solares en el techo de la Casa Blanca.Un hecho relativamente reciente en la historia de Estados Unidos parece confirmar este razonamiento.
No duraron mucho: su sucesor, Ronald Reagan, los retiró cuando cayó su precio.
La caída de su valor, pocos meses atrás, también pareciera confirmar la premisa: las acciones de varias compañías de energías renovables sufrieron un impacto negativo.






Publicar un comentario
AVISO: Su publicación no es inmediata, los comentarios están sujetos a moderacion gracias