San Diego.-Los policías de San Diego portarán consigo una cámara que monitorizará su comportamiento. Esta medida nace en medio de la alarma que han desencadenado dos casos de alegaciones contra oficiales del cuerpo de policía acusados de haber abusado de mujeres mientras las detenían. Uno de los agentes implicados ha sido imputado en dos crímenes y tres faltas y ha dimitido. Un segundo oficial ha sido suspendido de su puesto y está bajo investigación, aunque aún no le ha sido practicado ningún cargo.
El uso de las videocámaras que llevarán prendidas en la parte delantera del uniforme los agentes que patrullan las calles cuenta con el apoyo del recién elegido alcalde de San Diego, Kevin Faulconer, y de su equipo de gobierno. En palabras del abogado del Ayuntamiento, Jan Goldsmith, “las cámaras ayudarán a identificar los comportamientos abusivos y a proteger a los agentes contra falsas reclamaciones”.
El Ayuntamiento va a destinar dos millones de dólares para la compra de estos dispositivos de clip que grabarán las actuaciones de los policías en su interacción con los ciudadanos. Una medida que se suma a la que ya ha establecido el Departamento de Policía de San Diego tras producirse las alegaciones por abuso y que consiste en que cuando una mujer es detenida y llevada a la cárcel debe haber dos agentes en el coche patrulla.
1.816 agentes conforman el cuerpo de policía de esta localidad fronteriza con México que practica al año 52.000 arrestos y atiende 600.000 llamadas, según fuentes oficiales. Un Departamento que la próxima semana renovará su jefatura con Zimmerman, una veterana de 54 años que lleva de oficial en el cuerpo 31 años, y que se convierte en la primera mujer con este puesto de responsabilidad en la historia del cuerpo de policía de la ciudad. Será nombrada el próximo lunes en sustitución de William Lansdowne, que ha estado diez años al frente.
El anuncio se hacía público ayer en rueda de prensa, y Zimmerman aprovechó la ocasión para manifestar que “el 99% de los agentes realizan un trabajo excelente”. “Vamos a ser muy estrictos con aquellos que deshonran el uniforme. No voy a tolerarlo”, dijo en clara alusión a los dos casos de alegaciones por comportamiento abusivo de oficiales de su departamento.
También se dio a conocer que se ha pedido al Departamento de Justicia que revise las prácticas del personal del cuerpo de policía y su criterio sobre las medidas a tomar con los agentes que no se comporten con arreglo al ejercicio ético de su profesión.
“Queremos una revisión verdadera e independiente”, señaló Goldsmith en la rueda de prensa, dejando traslucir la preocupación del Ayuntamiento por un asunto de vital importancia para la ciudad a la hora de confiar en los agentes que patrullan sus calles.
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