Las mujeres tienen un nuevo motivo para hacer ejercicio: podría
ayudarles a evitar los cálculos renales. "Aun un poquito marca una
diferencia" y la intensidad no importa, sólo hace falta una cuota mínima
de ejercicio, dijo el doctor Mathew Sorensen.
El dirigió el estudio sobre el que se conversó este viernes en una
conferencia de la Asociación Urológica Estadounidense en San Diego.
Aproximadamente el 9% de la población en general tendrá cálculos en
los riñones en algún momento en su vida. El problema es un poco más frecuente
en los varones, pero su incidencia ha aumentado el 70% en los últimos 15 años,
con mayor rapidez entre las mujeres.
La obesidad aumenta el riesgo, así como los suplementos de calcio, que
muchas mujeres toman después de la menopausia.
Un grupo de trabajo del gobierno desaconsejó recientemente los
suplementos para las mujeres saludables de edad avanzada, aduciendo que las
píldoras de calcio de dosis bajas no contribuyen demasiado a mantener firmes
los huesos y sí aumentan la probabilidad de padecer cálculos renales.
La nueva investigación, financiada por el gobierno, incluyó a casi
85,000 mujeres de 50 años o más. Todas se sometieron a un examen para medir
altura y peso de modo que se pudiera determinar su índice de masa corporal, una
medida para determinar la obesidad.
Respondieron también a encuestas anuales sobre lo que comían para que
los médicos pudieran tomar en cuenta factores que reducen el riesgo de padecer
cálculos en los riñones como: beber muchos líquidos y comer menos sal o carne.
Las participantes indicaban cuánto ejercicio hacían y las cifras se
traducían en "MET", una medida de cuánto esfuerzo requiere una
actividad. Por ejemplo, diez MET por semana equivale a dos horas y media de
caminata a ritmo moderado, cuatro horas de ejercicios.
¿Por qué ayuda el ejercicio? jardinería ligera o una de trote.
Después de unos ocho años, el 3% de las mujeres padecían de un cálculo
renal. En comparación con quienes no se ejercitaron, las que tenían hasta 5 MET
por semana presentaban un 16% menos riesgo de cálculos. El riesgo era 22% menor
con 5 a 10 MET semanales, y 31% inferior para 10 MET o más.
El ejercicio superior a los 10 MET no aumentaba el beneficio para la
prevención de los cálculos a los riñones. La intensidad del ejercicio no tenía
importancia, sino la cantidad por semana.
"No estamos pidiendo a nadie que corra un maratón", dijo
Sorensen. "Es una cantidad adicional de actividad de muy leve a
moderada".
Modifica el modo en que el organismo maneja los nutrientes y líquidos
que afectan la formación de las piedras. Quienes se ejercitan transpiran sal y
tienden a retener calcio en los huesos, en vez de permitir que vayan a los
riñones, donde se forman las piedras. También tienden a beber agua y líquidos
después, otro beneficio para prevenirlas.
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