La policía de Australia detuvo a 15 miembros de un grupo que se cree estaba preparando actos de violencia en lugares públicos y asesinatos aleatorios.
Más de 800 agentes de policía participaron en redadas en las ciudades de Sídney y Brisbane en lo que la policía describió como el operativo contra el terrorismo más grande de la historia del país.
El gobierno del primer ministro Tony Abbot está cada vez más preocupado por los ciudadanos australianos que se fueron a combatir en las filas del grupo extremista Estado Islámico en Siria o Irak y que ahora podrían regresar al país.La operación se produce días después de que las autoridades australianas subieran el nivel de alerta ante posibles ataques terroristas de medio a alto.
Se calcula que más de 60 australianos luchan como militantes en el extranjero y cerca de otros 100 ofrecen apoyo desde Australia.
"Matanzas ejemplares"
Uno de los sospechosos detenidos está acusado de planear lo que la fiscalía describió como la "horripilante" ejecución de una persona.
Los medios australianos dicen que los planes contemplaban decapitar a un miembro del público escogido al azar y luego envolverlo en una bandera de Estado Islámico.
El primer ministro Abbott denunció que los militantes de Estado Islámico habían instado a "matanzas ejemplares" y aseguró haber recibido esa información a través de la inteligencia recaudada.
"Exhortaciones directas provenían de un australiano que aparentemente ocupa una alta posición en Estado Islámico a sus redes de apoyo en Australia para realizar matanzas ejemplares aquí en este país", expresó el mandatario.
"Esta no es una simple sospecha, esto es intención y por eso la policía y las agencias de seguridad decidieron actuar de la manera en que lo hicieron", añadió.
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