La Asociación de Industriales de la Región Norte, AIREN celebró su encuentro anual con un interesante panel. Félix García, Fernando Capellán, Manuel Estrella, Leonis Fernández y Hendrick Kelner tomaron la palabra, moderados por Rafael Emilio Yunen y precedidos por el discurso de orden de su presidenta, Lina García de Blasco.
El Cibao lo componen 14 provincias, que pudieran dividirse en 4 ejes para su análisis, planificación y desarrollo: Nor-Central (Santiago), Trans-Central (La Vega), Atlántica (Puerto Plata) y Nordeste (Valverde). El Lic. Yunen presentó un índice de pobreza generalizada para estas áreas de 27, 30, 36 y 51 por ciento, respectivamente, que comparado con el 2002 ha aumentado.
El reto de la región del Cibao lo expresaron los propios empresarios: "tenemos buena capacidad de diagnóstico, pero no de solución ni de ejecución. Desarrollemos capacidad de ejecución… y por favor, este país no puede darse el lujo de cambiar de planes cada 4 años…", expresó Manuel Estrella.
Fernando Capellán agregó: "debemos unirnos. Evitemos la dispersión personal e institucional. Evitemos el individualismo". Señalando Kelner que "las ciudades no sólo compiten, sino que se complementan nacional e internacionalmente".
El Ing. García finalmente expresó: "No veamos Haití como un problema, sino como una oportunidad, cambiemos la visión… no sigamos viéndolos como enemigos".
En efecto, no se trata de lograr un regionalismo ciego y aislado, sino preñado de identidad, trabajo y visión de desarrollo conjunto sostenible.
Tal como expresamos en artículo publicado en Diario Libre: "El dilema de los empresarios en República Dominicana es sencillo: O negocian colectivamente o seguirán perdiendo poder. En el proceso de acción conjunta deben vincular el bien de su sector con el bien de la región y toda la nación, mediante agendas de contenido social, económico y político o terminarán desarticulados como clase y perderemos todos, "porque los mejores resultados vienen cuando cada miembro del grupo hace lo que es mejor para sí mismo y para el grupo…" (John Nash, Premio Nobel de Economía).
Es hora de concertar como región una agenda mínima, que bien pudiera consistir en:
1- Fijar el transporte local a un valor real sin presiones monopólicas.
2- Bajar el transporte marítimo al nivel que le corresponde en el mercado libre.
3- Eliminar la sobrevaluación del peso a niveles competitivos con China, Vietnam y Bangladesh nuestra competencia. La tasa de cambio en el 2005, 42 pesos por 1 dólar, fue bajada a niveles inaceptables. Resultado: las zonas francas tuvieron 42,853 despedidos y muchas de empresas quebradas.
4- Hacer esfuerzos sostenidos para aumentar la frecuencia marítima de la costa atlántica y conectarla con toda la región promoviendo la integración estrecha del sector turístico y la economía de la región y del país.
5- Obtener la ejecución, sin dilación, de obras importantes de infraestructura que representan mucho al sector productivo. La Circunvalación Norte ahora inaugurada es una obra iniciada hace 19 años, tal como expresó el propio Presidente Danilo Medina en el discurso del 27 de febrero pasado.
En su libro La Isla como es: Hipótesis para su Comprobación (UCMM 1985), Rafael Emilio Yunen afirma "Lo más interesante a nivel de composición social nacional es que el Cibao, aunque perdió su poder económico dominante del siglo XIX, ha recuperado su poder político." Y explica las fuentes de poder.
Hoy ese poder dominante no existe, ni económico ni político ni social, ni tampoco las fuentes de poder. Por eso, la acción de los empresarios debe ser unida e innovadora y su respuesta no debe ser sólo económica sino también política y de contenido social. Tiene que ver con la entrada de un nuevo tipo de relación entre el Estado, los partidos políticos, los sectores productivos y los ciudadanos de nuestro país.
De lo contrario seguiremos profundizando nuestra falta de competitividad, desmembrando nuestro sistema productivo, produciendo más empobrecimiento, más déficit y dispersión institucional, más inseguridad y violencia.
Si de este momento nacional no se mira más allá de las coyunturas y no se toman medidas y acciones concretas para transformar la estructura y sus funciones, se revelará nuestra incapacidad para encarar nuestro futuro colectivo, nuestro destino no solo regional, sino nacional.
El futuro no es hacia dónde vamos, sino quienes estamos siendo hoy y que estamos haciendo para anticiparnos y crear lo que queremos, en vez de reproducir con nuestra inercia lo que no queremos.
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