OPINION: Crónica de un secuestro en Colombia

                  Por MARINO BAEZ

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Por cultura e intereses muchas veces económicos, los colombianos son reinsidentes en el secuestro de personas, principalmente profesionales y empresarios de otros latitudes, que con el paso del tiempo y mediante el trabajo contínuo hacen de su modus vivendis el néctar para acomodarse y pasar el resto de su vida, pero muchas veces la envidia es tan promiscua que le tronchan el camino y sus derechos.

Han transcurrido dos pesados años y siete meses en que se generó el secuestro y desaparición del ingeniero agrónomo, nativo de Bonao (provincia Monsenor Nouel), José Rafael Sánchez Valerio, secuestro que aparentemente por complicidad o quizás por desinterés no ha causado ningún impacto en las autoridades dominicanas y colombianas, en el marco de las investigaciones.

Cuanta tristeza sienten los familiares de este destacado profesional dominicano que decide abandonar su pais en busca de un mejor desarrollo, mientras el gobierno, ni siquiera por asomo se ha dignado con sentimiento y solidaridad en respaldar la familia, mediante solicitud al gobierno colombiano, a través de su embajador, para que ejerza presión en vía de que se aclaren los hechos, dándole seguimiento con informaciones reales.

En lo referente a este doloroso caso de secuestro y robo a la propiedad privada en Colombia, no se ha dignificado la familia del desaparecido, a pesar de que en visita a la Cancilleria dominicana, dirigida por el fallecido ingeniero, Carlos Morales Troncoso, quien además de negarse a recibir a sus familiares, se le solicitó por escrito la escogencia de una persona que representara al ingeniero secuestrado cuando hubiera cita en la corte, sobre el caso y lo recibido de las autoridades fueron respuestas burócratas y evasivas. 

De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, nunca hay claridad ni aparente empeño en el trabajo investigativo que dizque se esta haciendo, visto que hace más de un año, fue detenido un supuesto culpable, al que no se le interroga de manera efectiva, ni se le condena porque generalmente no se presentan sus abogados o simplemente no quiere hablar, todo esto, porque los especialistas en solución de secuestro no han contado con las exigencias del gobierno colombiano, mucho menos del gobierno dominicano para aclarar el caso. 

Cosas tan elementales como retener pruebas materiales, incautar el vehículo, investigar la vida de un dominicano probo en las semanas precedentes al supuesto secuestro, así como lo que pasó semanas antes de producirse el mismo, son pruebas e indicios más que suficientes para descubrir quiénes están detrás de este secuestro que por decidia de las auytoridades se han convertido en uno de los tantos que no se han podido resolver, tal y como sucede en República Dominicana, donde la mayoría de los secuestros y asesinatos se quedan impunes. 

José Rafael Sánchez Valerio, tenía más de 20 años residiendo en la ciudad de Colombia y era propietario de una finca de flores ornamentales en Minca, Santa Marta, reconocido como un hombre honesto que en su trabajo actuaba con dedicación y entrega a su familia, siendo secuestrado saliendo de los predios dedicados a la floricultura, a las 3:00 de la tarde, cuando se desplazaba a su hogar, el viernes 29 de Junio de 2012, supuestamente por delincuentes comunes.

A pesar de que las autoridades dominicanas y colombianas tienen sobradas informaciones sobre el secuestro, no se han interesado en aclararlo. A propósito, no es cierto que ellos saben, que los malhechores dejaron la camioneta atravesada en el camino y llevaron al ingeniero agrónomo desaparecido a una zona hasta la fecha desconocida?. Por qué casi tres años después, no hay avances, no hay respuestas, no se sabe que pasó, además de no encontrar persona o cuerpo para demostrar lo que se ha hecho hasta la fecha?.

A todas luces, la respuestas a estas interrogantes están embargadas por la indiferencia de las autoridades, quienes han prometido tantear los hechos y ayudar a resolver el caso, pero sus intenciones han sido negativas, porque las autoridades colombianas siempre tienen problemas de burocracia que impiden avanzar las investigaciones.

Mi dilecto embajador dominicano, es que Colombia está falta de fiscales, investigadores o abogados? Es que no hay una estructura legal? Qué es lo que está pasando con el apoyo a los dominicanos en el exterior?. Es que la vida de un ser humano común no cuesta nada para ustedes?.

El hecho de tener a una persona detenida no demuestra que realmente sepan lo que pasó con el dominicano secuestrado, José Rafael Sánchez Valerio, ya que este no habla y las autoridades colombianas, al parecer, no ven la necesidad de seguir investigando, mientras los familiares demandan que se aclare si su hermano está vivo o está muerto en los montes de Colombia.

Un secuestro es la peor de las pesadillas que le puede pasar a un ser humano y un verdadero acto de terrorismo que todos los gobiernos del mundo tienen la obligación de erradicar, por lo que corresponde al presidente Danilo Medina, al Canciller, Andrés Navarro y al embajador dominicano en Colombia, Briunny Garabito Segura devolver la tranquilidad a los familiares de este ingeniero agrónomo secuestrado y a la vez desaparecido.

El autor es periodista

Reside en Estados Unidos