
WASHINGTON.-Mónica
Lewinsky afirma que no hay duda que su jefe —Bill Clinton— "se
aprovechó" de ella cuando era presidente. Pero señala que su aventura fue
consensual y que si hubo algún abuso, éste ocurrió posteriormente, cuando el
círculo cercano a Clinton trató de desacreditarla y los adversarios del
mandatario la utilizaron como un peón político.
La expasante de
la Casa Blanca, ahora de 40 años, escribe sobre su vida en la próxima edición
de la revista Vanity Fair, que sale a la venta este mes. En extractos
publicados, Lewinsky dice que ella es quizá el primer chivo expiatorio de la
era de internet y quiere hablar a favor de otras víctimas de humillación
online.
Su voluntad de
hablar sobre su relación con el expresidente podría estar ocurriendo en un
momento inoportuno, cuando la ex primera dama Hillary Rodham Clinton considera
postularse para presidenta. Los republicanos han señalado no consideran que el
escándalo de su esposo ocurrido a fines de la década de 1990 esté prohibido
para abordarse en el ámbito del diálogo político para 2016.
El senador de
Kentucky Rand Paul, un probable contendiente presidencial por el Partido
Republicano, respondió a críticas sobre los antecedentes republicanos en asuntos
de las mujeres diciendo en enero que el anterior presidente demócrata se
involucró en "comportamiento depredador" con una mujer, Lewinsky,
quien tenía 22 años cuando inició su relación con Clinton en 1995. Las mentiras
de Clinton respecto a la relación contribuyeron a su juicio político en la
Cámara de Representantes en 1998; el Senado lo exoneró.
Lewinsky
escribe que lamenta profundamente la aventura amorosa y que se aseguró de
mantenerse en silencio a través de varias campañas presidenciales para evitar
convertirse en una distracción. Ahora, señala para la revista, es momento de
dejar de "evitar hablar de mi pasado, y del futuro de otros. Estoy
determinada a tener un final diferente para mi historia. Decidí, finalmente,
colocar mi cabeza sobre el parapeto". Refiriéndose a sus sombreros en
videos de televisión repetidos interminablemente y a la ropa manchada
considerada como evidencia contra Clinton, ella escribe: "Es momento de
quemar el gorro y enterrar el vestido azul".
Pero éstas no
son sus primeras palabras públicas sobre el escándalo. Lewinsky rompió su
silencio en 1999 con una entrevista muy exitosa con Barbara Walters, dio varias
entrevistas subsecuentes y cooperó con el escritor Andrew Morton en su libro
del mismo año titulado "Monica's Story" (La historia de Mónica).
"Ciertamente,
mi jefe se aprovechó de mí", escribe ahora, "pero siempre me
mantendré firme en este punto: fue una relación consensual. Cualquier abuso
llegó después, cuando fui convertida en chivo expiatorio para proteger su
poderoso cargo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
AVISO: Su publicación no es inmediata, los comentarios están sujetos a moderacion gracias