A los amantes de los autos les quita la paz detectar un rayazo que al ojo de cualquier otro ser humano sea totalmente impercetible. Por eso no es de extrañar que empleados del Museo Nacional del Corvette, en Bowling Green, Kentucky, se bebieran las lágrimas al enterarse y luego ver que ocho de sus autos más preciados fueron tragados por la tierra.
Las autoridades
se mantienen investigando las razones que produjeron el socavón en el área del Skydome. Los responsables de la
institución contaron que a eso de las 5:44 de la madrugada del martes, sonó la
alerta de los detectores de movimiento en la exhibición del Skydome. Y en
segundos comenzó a abrirse la tierra
y empezaron a caer en el hoyo ocho de los vehículos, que para los responsables
del museo son considerados sus “bebés”.
A través de un
comunicado de prensa, se detalló que el socavón mide 40 pies de ancho y 30 de profundidad. Dos de los Corvette
afectados –el ZR-1 Spyder de 1993 y el Blue Devil ZR1 de 2009- habían sido
prestados al Museo por la empresa General
Motors. Los otros seis, fueron donados por coleccionistas. El de mayor
antigüedad es uno negro de 1962 y el más “nuevo” es el 1.5 Millionth Corvette
blanco, de 2009.
¿A cuánto
ascienden las pérdidas? La respuesta de todos es la misma: No es posible
calcularlo. Mientras tanto,
el Museo
reabre sus puertas
-sin ofrecer acceso a la exhibición afectada- y sigue
alistando la caravana con la cual este año conmemoran sus dos décadas.
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