Aparte de su cabellera blanca, y su hablar pausado, es poco
lo que puede delatar la edad de María
Varela. Mientras se acerca al siglo de vida, su fortaleza física y
su claridad mental son envidiables.
A sus 92 años,
con nueve hijos y más de 20 nietos, esta residente de El Bronx dice sentirse mejor que nunca.
“He sido una
mujer muy activa toda mi vida”, asegura Varela, sobre los secretos que la han llevado a alcanzar tan avanzada
edad. “Camino mucho, hago todos mis oficios y los quehaceres de la casa yo
sola”.
Sin embargo,
recientemente superó la mayor prueba de su vida. Hace un mes fue objeto de una
compleja y riesgosa intervención quirúrgica para tratarle un aneurisma aórtico
de emergencia, del cual hoy se recupera con sorprendente rapidez.
“Fue una
cirugía abierta muy grande del abdomen”, explicó la doctora Ageliki Vouyouka, quien estuvo
encargada de la operación. “La operamos de emergencia porque su aorta
estaba casi a punto de romperse y se la tuvimos que reemplazar casi
completamente”.
Según la
especialista, debido a que la anatomía de la aorta de Varela “no era lo
suficientemente buena”, no se le pudo realizar un procedimiento
quirúrgico menos invasivo y riesgoso como los que se hacen actualmente.
“Fue una
cirugía muy fuerte para una persona de esa edad. Tiene altas tasas de
complicaciones y muertes cuando se trata de alguien tan mayor”, agregó la
doctora Vouyouka, profesora asociada en la División de Cirugía Vascular en el Hospital Mount Sinai.
Recuperación rápida
Sin embargo, la
cirujana recalcó que gracias a su buen estado de salud y a su fortaleza física, la recuperación de la dominicana ha sido muy
rápida y exitosa. “Ya a los seis días ella estaba fuera del hospital y ahora
esta perfecta. Su pronóstico es muy bueno”.
Varela confiesa
que ella misma se sorprende de su pronta mejoría. “Yo no contaba con que iba a
vivir. Pero me siento muy bien. Los médicos están muy contentos
porque la recuperación ha sido muy rápida para la edad que yo tengo”,
comenta la anciana, quien sólo toma medicinas para mantener la presión baja.
La mujer
asegura que ésta fue la primera vez que pisó un hospital. “Yo nunca he tenido
enfermedades, ni he estado grave. Nunca me habían operado de nada y tampoco me
habían puesto anestesia”, relata la anciana quien añade, incluso, que
parió a todos sus nueve hijos en casa con la asistencia de comadronas.
Gracias a las habichuelas
Nacida en 1921,
en San José de Los Llanos, República Dominicana, Varela se mudó a
la Ciudad de Nueva York hace
nueve años. Desde entonces camina como si nada — y sola— las calles
de Mott Heaven, el vecindario de
el Sur de El Bronx donde
reside.
Según su nieta Margeline Collado, de 31 años, además
de mantenerse tan activa, lo que ha ayudado a su abuela a estar tan sana y
fuerte ha sido su alimentación. “A ella le encantan las habichuelas y siempre
dice que la comida bebe tener habichuelas con arroz. No come mucha
carne”.
Con firmeza en
su voz, la mujer confía en que si todo sigue igual podrá llegar a los 100 años.
“A la edad mía estoy muy activa, no he perdido mi mente y tampoco mis
deseos de hacer mis cosas. A veces le digo a las hijas mías: ‘yo recuerdo las
cosas más que ustedes. Estoy más atenta y más clara que ustedes’”, manifiesta
con una sonrisa.
Su doctora
piensa igual. “El hecho de que ella toleró muy bien este procedimiento tan duro
y que se recuperó muy rápido, nos muestra que biológicamente es muy
fuerte y que va a poder vivir hasta los 100 años”.
“Otras
mujeres deben seguir el ejemplo de María. Deben tratar de mantenerse activas, estar delgadas, no fumar y no tomar (alcohol). Ella hace ejercicios y tiene una
mente brillante”, indica la profesional.
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