Expertos en sexualidad consideran masturbarse no te hace mala persona

Ningún estudio científico ha determinado que la masturbación tenga efectos nocivos para la salud.   Expertos en sexualidad analizan artículo publicado en un portal que brinda consejos para evitar la masturbación o la autoestimulación.

Vivimos en una época en la que se habla de sexualidad con mayor naturalidad que antes. Sin embargo, más allá de este progreso, todavía existen tabúes que limitan la oportunidad de contar con una vida sexual plena y saludable.

Entre esos temas “prohibidos” para algunos, se incluye el de la masturbación, el que todavía muchos grupos conservadores ven con desaprobación.  

Precisamente, en días recientes el diario conservador www.abc.es. Publicó un artículo en colaboración con la Universidad de Navarra brindando consejos para evitar la masturbación o la autoestimulación, basándose en la premisa de que “no es ni buena ni necesaria para la salud”. Como parte de sus consejos, sugiere “protegerte de la erotización, tener un estilo de vida saludable, ocupar constructivamente tu tiempo libre y elegir bien tus amistades”. De esta manera, según afirman, lograrás prepararte “para el amor sólido, que pasa por ser dueño de tu sexualidad, y no permitirás que la masturbación le quite calidad a esa capacidad de amar”.

Muchos se quejan en las redes

El artículo despertó un mar de reacciones a través de las redes sociales, especialmente, de aquellos que vieron con desaprobación la propuesta de abstenerse a esta práctica sexual. Pero, ¿qué piensan los expertos en sexualidad?

La sexóloga Carmen Valcárcel Mercado analiza que “la Universidad de Navarra es una universidad de inspiración cristiana, promovida por San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei”. Por lo tanto, “no nos debe sorprender que la nota siga la doctrina de la Iglesia Católica, que prohíbe la masturbación por entender que la autoestimulación es un pecado”, y aclara que “como educadora y experta en sexualidad, debo decir que cualquier doctrina aplica a sus feligreses, no a toda la población”. 

Además, como parte de la práctica en terapia sexual, tiene presente que “cada individuo tiene derecho a  decidir qué doctrinas, dogmas o preceptos sigue en su vida. Los terapeutas trabajamos con los recursos de los pacientes y les enseñamos a sacarles el máximo, por supuesto, respetando sus creencias”.

Ahora bien, “desde el punto de vista de la sexualidad en los adolescentes debemos entender que esta es una fase de cambios  físicos, sociales y emocionales. La autoestimulación no es necesaria para sobrevivir, pero puede ayudar a mejorar el conocimiento sobre el propio cuerpo, manejar el deseo sexual en momentos de abstinencia coital y algunos lo proponen como medio de prevención de infecciones de transmisión sexual y de embarazos”. Además, “en el caso de religiones que expresamente prohíben usar la masturbación, se puede recomendar otras conductas que permiten la liberación de la energía sexual sin violentar su creencia ni sus valores”.

Lo que debe preocupar

La doctora hace hincapié en los beneficios de la masturbación, destacando que puede ayudar a prevenir la depresión por las endorfinas que se producen durante el orgasmo. También, contribuye a “mejorar el sistema inmune y bajar la presión arterial”.

De otra parte, la experta en sexualidad humana expone que “como toda conducta, los excesos pueden ser perjudiciales”. En el caso específico de la masturbación, “la preocupación más grande de los profesionales de la conducta humana viene del concepto de una sexualidad inadecuada que pueden adquirir los adolescentes proveniente del acceso a la pornografía usada para estimularse en el momento de autogratificación”. La doctora explica que “puede ser determinante en la creación de las expectativas relacionadas con su sexualidad en un momento donde no se comprende que mucha de la pornografía presenta una sexualidad distorsionada”. A su vez, alerta que se convierte en una práctica preocupante “cuando se vuelve una compulsión o cuando la satisfacción sexual se obtenga única y exclusivamente del acto de masturbarse”.

“Mentalidad absurda”

Por otro lado, el psicólogo Carlos Sosa expone que el artículo del portal abc.es. “lo que hace es desorientar a las personas, en especial a quienes no tienen una base para tomar una decisión más objetiva, llevándolos a experimentar una sintomatología de sentirse culpables por pensar que están haciendo algo incorrecto”.

Claro, en psicología “los extremos son disfuncionales. No estamos hablando de un caso en que alguien no sale de la casa por masturbarse, eso no está bien, pero no porque te masturbes, sino porque (la persona) está careciendo de unas experiencias necesarias para mantener un equilibrio para una personalidad saludable, como socializar, trabajar, estudiar, por ejemplo”.

El doctor expone que aconsejar que se evite la autoexploración sexual “es una mentalidad absurda”, y reitera que “masturbarte no te hace mala persona”. Incluso, “hay terapeutas que lo recomiendan como método de relajación”.

Por qué algunos lo ven como algo “malo”

El psicólogo explica que “había una época en que la masturbación era considerada una barbaridad”. Como parte de la dinámica para promover una mentalidad de prohibición hacia la autoestimulación, esto dio origen a ideas como que “era nocivo para el cuerpo y la mente, a pesar de que no hay data científica que avale esa suposición”. Por eso, el doctor aclara que “se trata de un enfoque simplemente moralista basado en creencias religiosas o con unos valores morales conservadores”. Esto se ‘”ha seguido fomentando siglo tras siglo”, incluyendo la idea de que “la represión sexual o el celibato es una manera de acercarse a Dios”.

Sin embargo, “la sexualidad es inherente a la naturaleza humana, porque todos somos seres sexuales, tanto el hombre como la mujer”, destaca el psicólogo. Por lo tanto, “es importante que el ser humano reciba educación sexual desde edad temprana, dentro de un desarrollo normal”. Esto contribuirá a “romper con las ideas equivocadas de la sexualidad y a ayudar a conocer cuando algo está correcto o incorrecto en el sexo”.