Salvador Pérez fue sometido hace
seis meses a esta compleja intervención quirúrgica en un hospital del
gubernamental Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde se le colocó
un “dispositivo de asistencia ventricular”, intervención que recién ahora se
hizo pública.
El corazón “biónico” de este
paciente le permite hacer prácticamente todo tipo de actividades, excepto
meterse al agua. “A mis nietos les causo gracia porque creen que tienen a su
abuelo como a un robot. Iron Man me dicen”, comenta divertido.
Pérez es ingeniero civil, nacido
en la capital del país, y se convirtió en el primer candidato a este implante
cuando fue diagnosticado con cardiomiopatía isquémica, que consiste en una
disminución de la irrigación sanguínea, que le provocó un infarto en 1977.
Moisés Calderón, director del
Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto
Mexicano del Seguro Social, encabezó al equipo médico que practicó la cirugía.
El dispositivo Heart Mate 2 es descrito por el especialista como “una turbina
de avión de propulsión eléctrica que requiere poca energía para funcionar y es
tan eficiente como el corazón de un atleta”.





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