Carnaval: Calidad no cantidad

Por: VIRGEN OVALLES

decaraalsol.net

El viento sopla por toda la ciudad, con la complicidad del reloj que gira alrededor del entusiasmo, euforia y el colorido alegórico que da paso al tradicional carnaval Bonao 2013, que pretende proporcionar lo mejor por medio de símbolos que representa en ocasiones lo cultural, artístico y personajes de relevancia de la sociedad dominicana.

Pero más allá de todo eso, está el compromiso con los que integran la Villa de Las Hortensias, igual aquellos que se trasladan de todo el territorio nacional e internacional al disfrute de las festividades carnavalescas, que  muchas veces descuidan pequeños detalles considerados quizás sin importancia, pero que sí son capaz de derribar una torre que agrupa las familias bonaenses, la cual ha salido a flote con el sacrificio de levantar con esfuerzo, dedicación y los años como el principal aliado para que sea posible el surgimiento del carnaval de la provincia Monseñor Nouel.

A bien de todos, no basta llevar a través de los medios de comunicación y al mundo, una transmisión porque sí, las cosas se hacen bien o no se efectúan. Poner en curso un evento de esa magnitud, requiere de calidad con altura, no de esa pésima entrega y el imperante desorden que reina cada domingo por las distintas vías.

Escribiendo a favor de lo que no marcha del todo bien, se incurre en ser partícipe hacia la ignorancia de ver sin percibir, crecer sin avanzar hacia el fanatismo individualista, las tantas  teorías sin prácticas, sería inverosímil corregir los errores que dicen presente cada año, así no se es objetivo, se avanza contribuyendo a las críticas constructivas, permitiendo depositar la confianza en si mismo y hacia los demás.

Los momentos definen los comportamientos y, a medidas que los pueblos van en aumento, se hace más que obligatorio la evolución y las exigencias de los tiempos modernos que van más allá de una costumbre que se expone sin medir consecuencias, lo importante en estas actividades es tener en cuanta que lo bueno no se improvisa, será siempre como el VINO, mientras más viejo, mejor su calidad.

Cuando se actúa con razonamiento, dejando de lado la competencia de intereses económicos y enfocándose a lo que se pretende sea una MARCA con la mayor particularidad posible, no habrá nada ni nadie quien la destruya, solo desaparece cuando sus creadores abandonan de ser quienes son, para convertirse o dejarse llevar de un círculo que pretende desconcentrar lo que busca sentar precedencia de un carnaval que ha luchado contra viento y marea para estar en el lugar que merece.