Desde niña, Nélida Alonso tuvo que trabajar y por eso solo fue a la escuela hasta el segundo grado. Pero con el apoyo de su hija y una Plaza Comunitaria acaba de terminar sus estudios de primaria.
"Siempre tuve que trabajar", dijo la mujer de 92 años, oriunda del sur de Argentina y la única sobreviviente de ocho hermanos. "No tengo ningún estudio pero la vida le enseña a uno a saber llevar las cosas. Es la vida la que te enseña y no solo el estudio, porque el que estudió, bueno, lo logró", añadió.
Aunque Alonso tuvo poca escolaridad durante su niñez y juventud, siempre le gustó leer, asistir al teatro y visitar museos, lo que la ayudó a enriquecer su conocimiento cultural. "Sí había escuelas de adultos, pero yo siempre trabajé. Primero, porque era chica, y después, porque era grande, me casé", dijo.
Alonso enviudó muy joven, quedando al cargo de dos niños pequeños, de 1 y 3 años, viéndose obligada a trabajar en la Compañía Phillips, de Buenos Aires. "Nada de pensión, nada de nada porque él [mi esposo] trabajaba en casa. Era joyero y relojero", dijo Alonso. "Pero Dios siempre te ayuda. Por un lado he tenido esa desgracia pero por otro lado, he tenido suerte porque los chicos son sanos, son buenos", dijo Alonso, quien vive con su hija Nancy Quiroz en Long Beach.
Quiroz es maestra voluntaria de la Plaza Comunitaria de la Universidad de Colima en Lynwood. Fue ella quien animó a su madre a que se enrolara en las clases que ofrecen en la plaza para obtener los certificados de alfabetización, primaria y secundaria.
Las plazas comunitarias permiten a personas de 15 años o más, que no iniciaron o concluyeron sus estudios de primaria y/o secundaria, realizar dichos estudios. Al concluir obtienen un certificado expedido por la Secretaría de Educación Pública correspondiente a su nivel académico.
Por la avanzada edad de Alonso, se decidió que Quiroz le enseñara en casa como su maestra particular. "Fue muy motivador y siento orgullo de que ella lo haya conseguido", dijo Quiroz.
Ana Uribe, directora de la Plaza Comunitaria, destacó que esta permite a las personas obtener su certificado en un tiempo que depende de su disponibilidad. En el caso de Alonso, le tomó solo un par de meses obtener el conocimiento necesario para culminar sus estudios de primaria.
Alonso siempre soñó con dedicarse a las artes. "Si hubiera tenido oportunidad de estudiar me habría gustado ser artista", dijo Alonso, quien agregó que se hubiera dedicado a ser actriz de teatro. "A mí me encanta el teatro y me paso horas frente al televisor viendo la vida de los artistas".
La ceremonia de graduación será el 28 de marzo en la sede de la plaza comunitaria. "Yo le agradezco mucho a este país porque lo que menos pensé es que aquí iba a poder estudiar", dijo Alonso, quien no está segura todavía si continuará los estudios. "Ya sé leer y escribir. ¡Ya para qué tanto! Con cien años, ¿Dónde voy a ir?", dijo riendo.
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