Cárcel ubicada en Guantánamo |
Treinta y siete hombres de los 166 presos de Guantánamo se encuentran
en huelga de hambre, la mayoría de ellos desde hace más de seis semanas, cuando
iniciaron la protesta debido a que durante los registros rutinarios de sus
celdas se les había confiscado fotos y correspondencia y los soldados dieron un
trato irrespetuoso a sus copias del Corán, según los presos.
Según el general John Kelly, jefe del Comando Sur del Ejército de
Estados Unidos, la huelga obedece a que los presos se sienten “frustrados” por
el fracaso de la Administración norteamericana para cerrar el campo de
detención.
Carlos Warner, abogado que defiende a 11 detenidos en Guantánamo,
describió las condiciones en las que viven los detenidos como “extremas”. “Más
de la mitad de los presos del centro de detención tiene el visto bueno del
Pentágono para ser transferidos y sin embargo permanecen entre rejas”, explicó
el abogado. “Sin duda, esa situación les deja con la sensación de que la única
manera de abandonar Guantánamo es si estás muerto”, dijo el letrado.
“Desgraciadamente, creo que están preparados para dar ese paso”, finalizó
Warner.
Es la manifestación última de su desesperación. “Los detenidos están
dispuestos a ir hasta el final”, informa a la agencia AFP David Remes, abogado
de Abdalmalik Wahab y Uthman Uthman, ambos ciudadanos de Yemen.
Wahab ha pasado los últimos 11 años de sus 33 de vida encerrado sin
cargos ni juicio en la base naval estadounidense en la isla de Cuba. Desde que
inició la huelga hace 50 días ha perdido 20 kilos de peso. Uthman, de 45 años,
contó a su abogado cómo fue alimentado a la fuerza, sujetado a una silla de ruedas
y cómo vomitó sangre y perdió la conciencia. "Díganle a mi familia que me
perdone si muero", pidió Wahab.
Ante una huelga de hambre que ya ha obligado a que 11 presos sean
forzados a alimentarse a través de tubos insertados por la nariz debido a que
han sufrido una importante pérdida de peso y otros tres hayan debido ser
hospitalizados por deshidratación y están en observación, el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) decidió adelantar una visita al centro que
en principio estaba prevista para el próximo 1 de abril.
Según el portavoz del CICR,
Simon Schorno, se ha mandado un par de delegados, “uno de ellos un doctor
especializado para que supervise específicamente los problemas de huelga de
hambre”.
Schorno asegura que se tomó la decisión de viajar antes a la isla para
conocer de primera mano “la situación general” y hablar con las autoridades de
la prisión “lo antes posible”. Dentro de su política, el comité de la Cruz Roja
no dará a conocer públicamente las conclusiones de su misión de observación,
que como es habitual están sujetas a confidencialidad.
No es esta la primera vez que se da una huelga de hambre en Guantánamo
desde que se concibió en enero de 2002 para alejar de las leyes norteamericanas
a los combatientes enemigos capturados en la guerra contra el terrorismo de la
Administración George W. Bush tras el 11-S. En septiembre de 2005, al menos 200
detenidos de la base militar estadounidense en Cuba iniciaron ese tipo de
huelga, lo que en su momento representó más de la tercera parte del total de
los reclusos. En la actualidad, la prisión tiene 166 reos, la mayoría de los
cuales llevan encerrados sin cargos desde que se creó el centro de detención
–más de 11 años- y la mitad de ellos tienen el visto bueno de las autoridades
militares para ser transferidos o liberados.
Dentro del laberinto kafkiano que es el agujero negro de Guantánamo,
una vuelta de tuerca más se da en el hecho de que la gran mayoría de los presos
que podrían ser libres mañana son ciudadanos de Yemen y el Pentágono no quiere
enviarlos a su país de origen debido a la inestabilidad de esa nación.
La Cruz Roja decidió adelantar su visita al centro a causa de la
huelga
El general Kelly, que asumió su cargo el pasado noviembre, insiste en
la teoría de la frustración y dice que los prisioneros “comen algo, aunque no
mucho”.
El militar también apunta a que es muy difícil saber qué preso se
alimenta y cual no ya que hacen sus almuerzos de forma comunal, lo que complica
saber quién no ha tomado nueve comidas consecutivas, lo que define una huelga
de hambre en Guantánamo. Queriendo bajar el tono de intensidad de la huelga,
Kelly apuntó que, a veces, esos presos toman tentempiés en sus celdas.
“Creo que quieren remover el avispero”, dijo Kelly, “que los medios
sepan de su situación”. En su opinión, el anuncio en 2009 de Barack Obama nada
más asumir la presidencia de que iba a cerrar Guantánamo en el plazo de un año
les hizo concebir esperanzas.
Pero el Congreso bloqueó los
esfuerzos para el cierre y ha hecho imposible la reubicación de los presos en
cárceles norteamericanas. Tras su reelección, Obama no hizo mención a
Guantánamo ni es su discurso inaugural de enero ni en el del estado de la Unión
en febrero, que fue visto por algunos presos por televisión.
Además, en enero, la oficina
del Departamento de Estado encargada de la reubicación de los presos de
Guantánamo fue cerrada. Dan Fried, cuyo trabajo era transferir a esos presos
fue asignado por la Casa Blanca a un nuevo destino en el extranjero. Fried no
será reemplazado.
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