Las imágenes del lujo de la hija de Carlos Romero Deschamps fueron ampliamente divulgadas. |
Pudo haberse quedado en un simple
discusión de restaurante, pero en el momento en que la hija del director de la
Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de México, decidió involucrar la
oficina de su papá porque no le dieron una mesa con rapidez, un asunto privado
se volvió público. Escandalosamente público.
El incidente ocurrió el viernes
pasado, en un conocido restaurante de la colonia Roma, en Ciudad de México.
Según han relatado testigos, Andrea Benítez González, hija del político priista
Humberto Benítez Treviño, se puso furiosa porque tuvo que esperar demasiado por
una mesa y amenazó con hacer cerrar el restaurante.
"La señorita se molestó, dijo
que a ella ya le tocaba y que ella también quería afuera (la mesa, para fumar).
Le expliqué que teníamos que seguir el orden y que le podía ofrecer una mesa
adentro, y me empezó a amenazar y me dijo que su papá era el Procurador y que
le iba a hablar y que a ver a quién le creían más", relató el dueño del
restaurante a un diario.
Efectivamente, poco después de
que la airada joven se fuera, al lugar llegaron varios inspectores de Profeco
quienes sellaron el restaurante por supuestas irregularidades. Al mismo tiempo,
la jovencita criticó el sitio por Twitter.
Varios indignados clientes del
restaurante filmaron y tomaron fotos de los hechos con sus teléfonos móviles y
el domingo, cuando el periódico Reforma denunció lo ocurrido estalló la
tormenta. Y como suele suceder en estos días, fue sobre todo digital.
Ese mismo domingo el tema ya era
uno de los más mencionados en Twitter con el hashtag #LadyProfeco. Del mundo
digital, la polémica saltó al político, con fuertes críticas y llamados a la
renuncia de Benítez Treviño como Procurador del Consumidor.
Ante esto, el propio presidente
de la República, Enrique Peña Nieto, debió intervenir. El lunes, el secretario
de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció -en su cuenta de Twitter, por
supuesto- que:
"Por instrucciones del
Presidente de la República, el encargado de despacho de la Secretaría de la
Función Pública ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos que
derivaron el viernes pasado en el operativo de verificación realizado por
Profeco en el restaurante Maximo Bistrot de la Colonia Roma".
Para entonces, Humberto Benítez
Treviño ya se había disculpado:
"Mi sincera disculpa por la
conducta inapropiada de mi hija y la sobrerreacción de los verificadores de
@Profeco. Privilegio sólo para la ley."
La jovencita, aunque insistió en
que no había sido bien atendida, también se disculpó: "Quiero ofrecer
disculpas a quienes fueron incomodados el pasado viernes en @MaximoBistrot me
siento muy apenada por lo que pasó." Luego la volvió privada y restringió
el acceso a su cuenta de Twitter.
La hija del presidente
Pero esta no ha sido la única vez
en épocas recientes en que las hijas de personajes poderosos se han visto
envueltas en escándalos por abusos, insultos o derroches.
De hecho, Paulina Peña Preteline,
la hija del actual presidente -en ese entonces candidato del PRI- se vió
envuelta en un escándalo por retuitar un mensaje en el que llamaba
"prole" y "pendejos" a algunos críticos de su padre.
El hecho se volvió una causa
célebre durante la campaña presidencial. Empezó cuando, en diciembre de 2011,
un corresponsal extranjero le preguntó a Enrique Peña Nieto, durante la Feria
del Libro de Guadalajara, cuáles eran sus tres libros preferidos.
"Un saludo a toda la bola de
pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian"
Retuit de la hija de Enrique Peña Nieto
Peña Nieto mencionó La Biblia y
La Silla del Águila, que atribuyó al historiador Enrique Krauze, cuando en
realidad es una novela de Carlos Fuentes.
Ante las críticas y burlas que
proliferaron en las redes sociales, la hija de Peña Nieto reenvió por Twitter
un mensaje -que algunos medios atribuyeron a su novio- que decía: "Un
saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican
a quien envidian".
Esto provocó tanto furor como el
desliz de su padre y pronto los hashtag #prole, #soyprole y #ForeverProle se
volvieron muy populares a nivel nacional.
La hija de Peña Nieto cerró su
cuenta y su padre envió un tuit de disculpa: "El RT de Paulina fue una
reacción emotiva por mi error en la FIL. Definitivamente fue un exceso y me
disculpo públicamente por ello”.
"Quiero ofrecer una disculpa
de todo corazón. Mi intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que
hice mal y lo lamento. Fue un impulso de mi parte al leer algunos tweets que
ofendían a mi papá y a la memoria de mi mamá. Hoy aprendí una gran
lección".
La hija del sindicalista
El otro escándalo se presentó en
octubre de 2012, con Paulina Romero, hija de Carlos Romero Deschamps, poderoso
líder sindical de la petrolera estatal, Pemex.
Y también hubo un elemento
digital involucrado: la joven presumió en su cuenta de Facebook de viajes por
todo el mundo a bordo de yates y aviones privados, el alquiler de habitaciones
de lujo y el consumo de botellas de vino valuadas en cientos de dólares. Según
denunciaron varios medios, también viajaba con tres mascotas y exhibía costosas
carteras de diseñador.
El problema es que, en ese
momento, el salario de su padre como líder sindical era de 24.000 pesos
mensuales (alrededor de US$2.000 al cambio de hoy), con el que difícilmente
podía costear tales gastos.
A diferencia de los otros dos
casos, en éste no hubo disculpas públicas ni muestras de remordimiento.
Tras todos estos escándalos, este
lunes, en su blog Cuna de Grillos, publicado en el sitio Animal Político, el
periodista Beto Tavira resumió en un título lo que -a juzgar por las reacciones
en las redes sociales- muchos en México parecen pensar: "Por sus hijas los
conoceréis".
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