Nueve transportistas muertos, cientos de unidades de transporte público paralizadas y miles de salvadoreños que se apretujan en vehículos de todo tipo que cobran mucho más de lo acostumbrado y viajan bajo custodia policial y militar.
Ese es –hasta el momento– el saldo del particular "paro de transporte" que desde hace tres días afecta al más pequeño de los países centroamericanos.
El último capítulo de la confrontación entre gobierno y pandillas que amenaza con volver a hacer de El Salvador el país más violento de la región.
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