SANTIAGO.- El Arzobispado de esta ciudad calificó de “excluyente” el sistema de salud, lo que estima quedó evidenciado con la muerte, hace poco, de once niños en un fin de semana en el hospital Robert Reid Cabral, de la Capital, lo que le costó el cargo al ministro de Salud Pública y la directora de ese centro.
Indicó que el descalabro del sistema de salud dominicano no se resuelve sólo con el cambio de funcionarios.
"Fue necesario el grito de eso niños que, aunque se durmieron para siempre, les quedó el llanto para despertarnos de la indiferencia frente al dolor de los que sufren”, afirmó en el editorial del semanario Camino, titulado “Desnuda realidad”.
Precisó que “el descalabro del sistema de salud dominicano no se resuelve sólo con el cambio de funcionarios", ya que "la fiebre no está en la sábana, sino que es la manifestación y alerta de un cuerpo que se destruye lentamente a causa de la enfermedad, muchas veces provocada por la falta de alimentación y la ausencia de una medicina preventiva”.
"La muerte de esos infantes debería llenarnos de espanto y vergüenza, igual que cuando observamos las escenas de horror que presentan los medios sobre lo acontecido en países que viven el triste tormento de la guerra”, dice.
Asimismo, calificó a los hospitales de la República Dominicana como "muros de lamentaciones, donde los pacientes muestran con toda desnudez el abandono, dolor, llanto, angustias y sufrimientos, convirtiendo su desgracia en grito permanente que denuncia las injusticias sociales que hace de ellos despojos humanos”.
"Esa realidad persiste a pesar de que hace años venimos escuchando constantes denuncias acerca de las precariedades y calamidades en que se desenvuelven los centros de salud, muy precisamente del Robert Reid Cabral, donde muchas veces hace falta hasta lo elemental para mantener la vida”, manifestó.
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