El otrora colador de tela, era fabricado en el campo con la tela donde se envasaba la harina de trigo para colar el tradicional café majado en el pilón, luego de ser secado y tostado con azúcar crema.
Sin embargo, esa tradición campesina ha desaparecido, por no decir que está en extinción, al igual que la serenata, la tinaja, la olla, el arroz tostado, el granero y otros quehaceres que formaban parte de la cultura campesina de los dominicanos.
Cuan delicioso era ese locrio con carnes de gallina criolla o cerdo y arroz seco y tostado. Durante el reposo venga el cafecito colao.
Pero el tiempo que se va no vuelve y los pueblos que no recuerdan su historia están supeditados al fracaso.
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