El invierno se despedirá definitivamente esta tarde a las 17:57 horas, cuando en el equinoccio de primavera el Sol se sitúe justo en el plano del ecuador terrestre. Saludaremos entonces a una nueva estación, caracterizada por las temperaturas templadas y, en teoría, por la remisión de la crudeza atmosférica de los últimos meses. Pero, ¿qué día es, oficialmente, el primer día de la primavera? ¿Arranca la estación de las flores el 20 o el 21 de marzo?
Astronómicamente, esta estación -que toma su nombre de los términos «prima» (primer) y «vera» (verdor)- comienza con el equinoccio de primavera, que se produce entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte y entre el 22 y el 23 de septiembre en el hemisferio sur. Se alargará hasta el solsticio de verano, que tiene lugar alrededor del 21 de junio en el hemisferio norte y del 21 de diciembre en el sur.
Se conoce como equinoccio al momento del año en el que el Sol se sitúa justo en el plano del ecuador terrestre. Hoy y el 23 de septiembre -equinoccio de otoño- los dos polos de la Tierra se encuentran a la misma distancia del Sol y la luz solar cae por igual en ambos hemisferios. Solo en estas dos fechas, el día dura lo mismo que la noche.
Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, la primavera comenzará este año hoy jueves, 20 de marzo, a las 17:57 hora oficial peninsular, a las 16:57 en Canarias. Esta estación durará exactamente 92 días y 18 horas. Tal y como explica el Ministerio de Fomento, desde este equinoccio de primavera y hasta el verano se producirán dos eclipses, uno total de Luna, que tendrá lugar el 15 de abril, y dos semanas después uno anular de Sol, el 29 de abril. En España, solo será visible el primero. ¿Y cuándo cambiará la hora para adaptarnos a la nueva estación? La madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo se adelanta los relojes una hora.
El equinoccio de primavera puede producirse en tres fechas distintas: entre el 19 y el 21 de marzo. Su inicio más tardío se registró en el año 2003 y el más temprano tendrá lugar en el 2096. Estas alteraciones entre un año y otro responden a la existencia de los años bisiestos y la forma en la que encaja la secuencia de años según el calendario con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol.
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