Desprendimiento tierra deja 14 muertos y cien desaparecidos Washington

Washington.- Un desprendimiento de tierra ocurrido en la localidad de Oso (Washington), a 60 kilómetros de Seattle y en la que viven 200 personas, ha dejado al menos 14 muertos y 176 personas siguen desaparecidas, según han informado las autoridades locales. Hay ocho heridos en el hospital. La angustia y la incertidumbre crecen en el cuarto día de búsqueda.

“Aunque hay mucha gente desaparecida, no es ninguna indicación de que habrá el mismo número de víctimas”, explicó John Pennington, jefe del departamento de Emergencias de la región. 

Equipos de rescate han reconocido que las posibilidades de encontrar supervivientes disminuyen conforme las horas pasan, “aunque, repito, que tal vez hayan sido contadas dos veces o bien no han alertado a su familia y a los funcionarios su paradero”, añadió Pennington. "Estamos haciendo lo imposible para encontrar supervivientes", añadió. "Del medio centenar de hogares afectados por el suceso, creemos que había personas en, por lo menos, 25 de ellos", añadió.

Los primeros muertos, unos ocho, fueron hallados en un perímetro de kilómetro y medio cuadrado en el que unas 30 casas y coches quedaron sepultados, bajo cinco metros de fango, rocas y árboles caídos. La zona afectada engloba 2,6 kilómetros cuadrados y tiene una profundidad de seis metros en algunos lugares.

Las autoridades atribuyen el alud de lodo, que lo catapultó todo en segundos, a la saturación de agua en el terreno tras las recientes lluvias torrenciales. El deslizamiento en la ladera de las montañas Cascade, junto al río Stillaguamish, arrastró fango, rocas y troncos, y bloqueó el curso del río provocando inundaciones.

El presidente de EE UU, Barack Obama, que se encontraba en Europa ayer lunes, firmó la declaración del estado de emergencia que proporciona la asistencia federal para ayudar a los esfuerzos locales y estatales, según informó la Casa Blanca. Jay Inslee, gobernador de Washington, describió la zona afectada como "devastación total", tras sobrevolar la zona el pasado domingo.

Equipos de profesionales de emergencia y voluntarios están luchando contra la devastación en el suelo, informa REUTERS. 

"No se puede usar equipamiento más específico porque las condiciones solo permiten hacerlo a mano y con sierras de cadena", prosiguió Pennington. Además, las tareas de rescate se han ralentizado porque el terreno está inundado. Se prevén nuevas lluvias torrenciales que podrían provocar nuevos desprendimientos.

Los aludes de lodo son comunes en la región debido a las lluvias frecuentes y a la geología del terreno. Hace una década, ocurrió un suceso similar. Un informe elaborado por Ingenieros del Ejército en 1999 concluía que la "región podría padecer una catástrofe", según ha informado The Seattle Times.