Adolfo Suárez será recordado por los españoles no sólo como el primer presidente de la actual democracia, sino como uno de los protagonistas de la Transición que dejó atrás el franquismo.
Con una carrera política iniciada en el seno del franquismo, Suárez fue elegido por el rey Juan Carlos I para presidir el gobierno con una tarea clave, dejar atrás 40 años de régimen fascista.
BBC Mundo le presenta cómo lo hizo a través de cuatro momentos clave de su vida.Entre el constante rumor de un golpe de Estado –que llegaría–, las presiones del establecimiento del antiguo régimen, atentados de extremistas vascos y comunistas, la impaciencia de la oposición democrática y las protestas en exigencia de libertades en las calles, Suárez tuvo que convertirse en el presidente de los consensos.
"Suicida" al franquismo: 18 de noviembre de 1976
Al tomar posesión como presidente, Suárez había jurado respetar las siete Leyes Fundamentales del Reino, las normas pseudoconstitucionales que organizaban el Estado durante el franquismo, y cumplió esa promesa. Lo que hizo fue impulsar el cambio de régimen sin rupturas, a través de una "transición".
Así, en tan sólo cuatro meses, consiguió que las cortes franquistas aprobaran una octava ley, la Ley para la Reforma Política, lo que muchos ven como un suicidio del franquismo.
Consiguió convencer a los procuradores franquistas porque estaban de acuerdo en que, muerto Francisco Franco, había que establecer una nueva fuente de autoridad política.
Lo que hizo Suárez fue aprovechar eso para abrir la puerta no sólo al establecimiento de un nuevo régimen sino uno en el que hubiera pluralismo político y se respetaran las libertades fundamentales.
La norma, aprobada en referéndum el 15 de diciembre de 1976 con más de un 94% a favor y un 77% de participación, fue obra del presidente de las Cortes, el profesor de Derecho Político Torcuato Fernández Miranda.
El texto preveía someter a una elecciones libres la formación de una nueva cámara por sufragio universal de cara a iniciar un proceso constituyente que culminó con la Constitución de 1978, todavía vigente.
Legaliza el Partido Comunista: 9 de abril de 1977
El inicio de la reforma política le vale a Suárez ser tenido por un traidor entre los franquistas más radicales. Además, como hombre del régimen, no goza de la confianza de la izquierda.
Los atentados de ETA y los problemas de la economía –inflación de más del 30% y alto desempleo– tienen su gobierno en jaque.
La oposición democrática, agrupada en la "Platajunta" llama a la serenidad y a que Suárez continúa el camino de reformas.
Para que lo de la democracia fuera creíble y que participaran los partidos de oposición, entre otras medidas, Suárez legalizó los sindicatos de trabajadores e impulsó la amnistía de presos políticos que llegó incluso a los condenados por delitos de terrorismo.
Pero además había que dar el paso de hecho más arriesgado por el enorme rechazo que iba a tener en el seno del franquismo: legalizar el Partido Comunista.
La salida del ostracismo de la por entonces organización más importante de la oposición democrática provocó la esperada indignación, sobre todo entre los militares, pero se pudo capear el temporal.
Preside gobierno democrático: 15 de junio 1977
Aunque no consigue la mayoría absoluta, la Unión de Centro Democrático (UCD), con Suárez al frente, gana las elecciones generales y se convierte en el primer presidente elegido en comicios libres desde 1936.
Suárez convoca a los partidos políticos para negociar lo que pasaría a la historia como los "Pactos de la Moncloa", una serie de acuerdos políticos y económicos que trataban de encarrilar el país e iniciar el camino hacia la aprobación de una constitución democrática.
Entre otras medidas, los pactos acuerdan establecer la libertad de propaganda, asociación política y reunión, también crea el delito de tortura, aprueba la libertad de prensa y prohíben la censura previa.
El acuerdo no lo firmó Alianza Popular (AP), partido de derechas del entonces exministro Manuel Fraga y germen del actual Partido Popular.
Suárez acuerda con las mayores fuerzas con representación parlamentaria iniciar un proceso constituyente bajo el principio del consenso, rechazando que el centro-derecha impusiera una constitución al resto del espectro político, pese a que junto a AP gozaba de mayoría para ello.
El proceso constituyente culmina con la aprobación en referéndum el 8 de diciembre de 1978.
Supera golpe de Estado: 23 de febrero de 1981
El 3 de marzo de 1979, Suárez volvió a ganar las elecciones, esta vez según lo dispuesto por la flamante Constitución de 1978.
Sin embargo, su tercer mandato –el segundo para el que había sido elegido democráticamente– estuvo marcado por las dificultades políticas y sociales, pero sobre todo económicas.
El 29 de enero de 1981, Suárez anunció su dimisión en un discurso televisado. Su formación eligió a Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor.
En la sesión de investidura, el 23 de febrero, el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero irrumpió a los tiros en el Congreso de los Diputados como parte de un intento de golpe de Estado.
"Al suelo todo el mundo", grita Tejero, mientras se encarama a la tribuna de oradores.
El vicepresidente, general Manuel Gutiérrez Mellado, se levanta de su asiento y se encara con Tejero, que sin éxito lo intenta derribar con una llave. Suárez amaga con levantarse pero los disparos lo disuaden.
Todos los diputados se ocultan en sus escaños, la excepción fueron Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista y Suárez.
En 1982, se presentó a las elecciones al frente del recién formado Centro Democrático y Social (CDS). Perdió, lo que propició que a Calvo Sotelo lo sucediera como presidente el socialista Felipe González.
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