Miami.-Linda Pérez, la joven de 18 años que quedó en coma
tras someterse a una cirugía de aumento de senos en agosto del año pasado, se
está recuperando en su casa, entiende lo que le dicen, es capaz de pronunciar
algunas palabras y de realizar algunos movimientos.
Mariela Díaz,
la madre de Pérez, afirmó que la joven ya no necesita una sonda para
alimentarse y lentamente está haciendo avances, como, por ejemplo, mover los
pies. “Tengo una
esperanza muy grande, porque está viva y en mi casa”, dijo Díaz.
Sin embargo, la
mujer señaló que los médicos no saben si Pérez podrá recuperarse totalmente y
que su hija, visiblemente demacrada y muy delgada, no puede caminar ni abrir
las manos y solo hilvana algunas expresiones como “sí”, “no” o “me duele”. “Estoy
mal, sin poder verla como ella era antes”, dijo Díaz.
“Yo le doy sus alimentos,
yo la visto, yo la baño”. Los problemas
de Pérez comenzaron poco después de que concluyera su operación de aumento de
senos. Un informe que su cirujano, el doctor Jacob Freiman, envió al
Departamento de Salud de la Florida, explicaba que el anestesista Mario Alberto
Díaz le informó de que el ritmo cardíaco de Pérez “estaba muy bajo” por lo que
hubo que suministrarle atropina y practicarle compresiones torácicas.
Algo más de una
hora después de que comenzara la operación, Pérez fue trasladada de emergencias
al Hospital Mercy donde, según los familiares, se le diagnosticaron daños
cerebrales. Pérez sufrió múltiples complicaciones y durante semanas permaneció
en coma. Díaz aseguró que algunos médicos estaban ya aconsejando a la familia
que desconectaran a su hija de las máquinas que la mantenían con vida cuando la
muchacha despertó en octubre.
Pérez volvió a
casa a finales de noviembre, pero desde entonces ha tenido que ser ingresada de
nuevo en el hospital un par de veces. En casa, una enfermera la cuida las 24
horas del día. La mujer señala que piensa seguir adelante con el procedimiento
para demandar a la clínica Coral Gables Cosmetic Center por negligencia médica
y que está realizando los trámites necesarios para convertirse en su guardiana
y poder tomar decisiones por ella, sobre todo para poder cuidar de su nieto. El abogado de
la familia, Mark Eiglarsh, se negó realizar comentarios.
El
representante legal de Coral Gables Cosmetic Center, Kubs Lalchandani, afirmó
que no podía comentar mucho porque debe respetar las leyes que protegen la
privacidad de los pacientes, pero sí señaló que ha pedido el historial médico
de Pérez en el Hospital Mercy para poder llevar a cabo su propia investigación
sobre lo sucedido.
Freiman aseguró
en su informe que la madre de Pérez, Mariela Díaz, le dijo a través de un
médico que tradujo las palabras de la mujer al inglés que Pérez había sufrido
un incidente similar cuando dio a luz a su hijo, que ahora tiene 4 años.
“Le pusieron
anestesia espinal y necesitó ser intubada”, señaló Freiman en su informe que
Díaz le había dicho.
“Nada de esto
se conocía antes y creo que la paciente escondió este hecho por miedo de que no
se le practicara la cirugía”, continuó Freiman, quien señaló que Pérez le había
dicho que no tomaba drogas, había dejado de fumar recientemente y había tenido
un vago historial de convulsiones ocho años antes, pero que no había tomado
medicamentos desde entonces y que no tenía ningún problema con la anestesia o
anormalidades en el corazón o en los pulmones.
Tanto el
padrastro de Pérez, Fernando Izquierdo, como el abogado Eiglarsh negaron en
agosto que Mariela Díaz le hubiera dicho eso a Freiman, o algo que hubiera
podido ser interpretado de ese modo.
“Cuando dio a
luz le pusieron la epidural y no tuvo ningún problema”, aseguró Izquierdo.
Freiman está
certificado por la Junta Americana de Cirugía Plástica, y no se encontraron
antecedentes de problemas previos en su práctica médica.
Sin embargo, el
anestesista Mario Alberto Díaz había sido condenado a 30 meses de prisión y dos
años de libertad condicional en Iowa por suministrar irregularmente ciertos
medicamentos. La Junta de Medicina de la Florida lo suspendió por estos cargos
durante seis meses y determinó que durante un año debería ser supervisado en el
ejercicio de su trabajo.
Actualmente su
licencia está activa, pero tiene prohibido prescribir drogas a través de la
internet, según la página web del Departamento de Salud de la Florida.
Además, Díaz
fue uno de los demandados por negligencia médica por la muerte de una paciente
de 35 años tras someterse a una operación de aumento de glúteos en la clínica
Strax de Lauderhill.
La demanda
acusaba a Díaz de no haber desaconsejado ciertas decisiones médicas, más guiado
por su ánimo de ganancia económica que por razones médicas, de no actuar para
responder a los síntomas de la paciente y de no reconocer ciertos signos que
revelaban que la paciente estaba en una condición más grave, entre otras
acusaciones.
Osvaldo Vargas,
esposo de la paciente fallecida, Lidvian Zelaya, decidió retirar la demanda y
el caso no llegó a ser juzgado. El abogado de Vargas en el caso, Spencer
Aronfeld, afirmó que su cliente no quiso arriesgarse a pagar miles de dólares
persiguiendo la demanda, ya que iba a ser muy difícil recuperar el dinero
porque los demandados no tenían suscrito un seguro por negligencia médica.
El anestesista
ya no figura como empleado en la página web del centro médico.
Mariela Díaz
dijo que un médico le recomendó que no le hablara a su hija sobre lo ocurido. “Ella entra en
depresión y llora”, dijo Díaz. “Ve que no puede caminar y cuando se da cuenta
de lo que le pasó, llora”.
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