Seúl.-Corea del Sur
anunció que dedicará un día nacional a las mujeres víctimas de la esclavitud
sexual de Japón durante la II Guerra Mundial, como parte de una nueva campaña
para divulgar este hecho histórico y habitual fuente de conflicto entre Seúl y
Tokio.
“Vamos a
aumentar los esfuerzos para que el mundo conozca el tema de la esclavitud
sexual japonesa”, explicó el Ministerio de Igualdad de Género surcoreano en su
informe sobre políticas para este año.
El Ministerio
adelantó que buscará designar un día nacional para honrar a las víctimas
coreanas y patrocinará eventos culturales y académicos, películas documentales
y otros contenidos que sirvan para dar luz a estos hechos acaecidos siete
décadas atrás.
A principios de
mes se desató la polémica en un festival internacional de cómics de Francia en
el que artistas surcoreanos presentaron, bajo sugerencia del Gobierno, una
exposición sobre estas esclavas sexuales.
La muestra de
“manhwa” o manga coreano titulada “La flor que no marchita” provocó que las
autoridades japonesas se quejaran ante la organización del Festival
Internacional de Comics de Angulema e incluso contraatacaran repartiendo
panfletos con su propia versión de aquel episodio histórico.
Así, las
próximas medidas para divulgar el asunto de las esclavas sexuales podrían
generar nuevos roces entre Seúl y Tokio, que mantienen versiones históricas muy
distantes y siguen sin cerrar las heridas de la época de la colonización
japonesa de Corea (1910-1945).
Durante la II
Guerra Mundial (1939-1945) unas 200.000 niñas, adolescentes y jóvenes, más de
la mitad de ellas coreanas, fueron reclutadas de forma forzosa por el Imperio
Japonés para proporcionar servicios sexuales a sus soldados, según la versión
histórica más aceptada.
Tras negar
durante años el sistema de esclavitud sexual militar, Tokio lo reconoció y se
excusó en 1993 cuando salieron a la luz pruebas claras, aunque Seúl mantiene
que aquellas disculpas no fueron sinceras y reclama indemnizaciones para las
víctimas que el Gobierno nipón se niega a pagar.
Sin embargo,
las escasas víctimas que todavía viven se manifiestan todas las semanas junto a
grupos de activistas frente a la embajada japonesa en Seúl para exigir al
Gobierno nipón disculpas oficiales e indemnizaciones económicas.
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