SAN SALVADOR.-
El izquierdista ex líder guerrillero Salvador Sánchez Cerén y el derechista
Norman Quijano comenzaron a alistar sus baterías para enfrentarse en marzo a
una segunda vuelta electoral, luego de que ninguno logró alcanzar la mayoría
absoluta requerida para convertirse en el presidente en los comicios el
domingo.
Aunque Sánchez
obtuvo una diferencia significativa sobre su rival, no logró coronar el 50 por
ciento de los votos más uno necesario para ganar directo y retener así el poder
para el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
El ex comandante
guerrillero obtuvo el 48,92 por ciento de los votos frente al 38,95 por ciento
de Quijano con el 99,16 por ciento de los centros procesados, según cifras
provisionales del Tribunal Supremo Electoral en la madrugada del lunes.
Y aunque la
autoridad electoral aún no ha anunciado el balotaje para el 9 de marzo, ambos
contendientes ya dieron más que sentada la nueva batalla en las que deberán
seducir a los electores para poner la balanza a su favor en un país azotado por
la violencia y una economía debilitada.
"Nos
dieron el triunfo en la primera vuelta", dijo Sánchez a periodistas la
noche del domingo. "Estamos seguros que en la segunda vuelta no van a ser
10 puntos, van a ser más de 10 puntos", agregó el ex rebelde de 69 años,
quien es el vicepresidente del actual Gobierno.
Visto con
recelo por algunos sectores por su pasado violento durante la guerra civil de
El Salvador (1980-1992) que dejó unos 75.000 muertos, Sánchez dice que buscará
un gobierno de unidad para el pueblo.
"Vamos a
trabajar estos días por unirnos más (...) y vamos a construir nuevos
entendimientos, nuevas alianzas" agregó pareciendo referirse a tratar de
conseguir el apoyo de Antonio Saca, un ex presidente quien llegó en tercer
lugar.
Por su parte,
Quijano llamó a sus seguidores a votar sin temor en marzo. "Nos
enfrentamos a un monstruo que quiso aplastarnos pero no pudo", dijo en su
cuenta de Twitter. "La lucha la reanudamos mañana", escribió el
domingo.
Para algunos
analistas ambos candidatos deberán ahora hacer propuestas concretas para
inclinar las preferencias a su favor y dejar de usar la confrontación como su
principal oferta.
Acusado por sus
adversarios de querer llevar al país a un socialismo como el que implantó el
fallecido presidente Hugo Chávez en Venezuela, Sánchez ha centrado su propuesta
en profundizar los programas sociales del presidente Mauricio Funes, con los
que el Gobierno asegura ha bajado la pobreza y con ello la migración de
coterráneos a Estados Unidos.
Del lado
opuesto, Quijano ha ofrecido usar a todo el Ejército si es necesario para
combatir la violencia de las pandillas o maras y aplicar mano dura contra la
extendida violencia en el país de 6,3 millones de habitantes, de los cuales un
29 por ciento vive en la pobreza.
El ex alcalde
de El Salvador ha confesado su admiración por el mayor Roberto Roberto
D'Aubuisson, fundador de Arena, organizador de los escuadrones de la muerte que
actuaron durante la guerra civil y que fueron acusados de las peores
atrocidades durante el conflicto.
Sus propuestas
para aplastar la delincuencia han despertado el temor en algunos sectores que
consideran que podría traer prácticas drásticas contra quienes se opongan a su
eventual Gobierno.
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