
Los funcionarios están realizando más entrevistas en persona con solicitantes cuyos documentos levanten sospechas, gastando más en pago de horas extras para verificar más a fondo documentos e historiales de solicitantes y enviando personal especializado a varias partes del país para capacitar a otros funcionarios sobre cómo detectar documentos fraudulentos.
En una entrevista la semana pasada, la directora distrital del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), Linda Swacina, confirmó que su agencia —en asociación con otras agencias federales— ha puesto en marcha medidas más estrictas para detectar solicitudes fraudulentas y enviarles a investigadores y fiscales.
“Cada solicitud recibe más escrutinio”, dijo Swacina. “Hemos estado funcionando alrededor de 10 años como Departamento de Seguridad Interna (DHS) y seguimos aprendiendo y seguimos desarrollando métodos más fuertes de detección de fraude para poder así poder identificar mejor los patrones de fraude. Queremos correr la voz de que estamos examinando muy de cerca [los documentos] y estamos trabajando mucho mejor en la búsqueda de [fraude] de como solíamos hacerlo antes”.
IDENTIFICANDO EL FRAUDE
Un directorio de detección de fraude y seguridad nacional, creado hace varios años, ha permitido que USCIS pueda detectar de manera más eficiente documentos fraudulentos. Uno de los mayores golpes que dio la unidad recientemente fue el descubrimiento y desmantelamiento de una red ilegal que vendía certificados de nacimiento cubanos falsos para que así inmigrantes indocumentados no cubanos pudieran obtener residencia.
En virtud de la Ley de Ajuste Cubano de 1966, los cubanos que arriban a suelo estadounidense pueden solicitar una tarjeta verde después de más de un año en el país. Entre los documentos que necesitan para hacer la solicitud se encuentran actas de nacimiento, pasaportes u otros documentos que acrediten su nacionalidad cubana.
Decenas de inmigrantes indocumentados no cubanos compraron certificados de nacimiento cubanos falsos a miembros de la red ilegal que estaba controlada por un cubano, identificado más tarde como Fidel Morejón, quien se hacía pasar por funcionario de inmigración de alto rango.
A partir del 2009, la red de Morejón vendió certificados de nacimiento falsos a cerca de 50 indocumentados, con lo que obtuvo ganancias por más de $500,000. Los clientes del grupo eran de varias nacionalidades, entre ellos argentinos, colombianos, costarricenses, mexicanos, peruanos, salvadoreños y venezolanos. Morejón utiliza tácticas inusuales para garantizar que sus clientes pudieran convencer a los funcionarios de inmigración que en realidad eran cubanos.
HACERSE PASAR COMO BALSEROS
En una transcripción disponible en los registros del tribunal, Morejón dice que para que el fraude tuviera éxito, dos inmigrantes no cubanos que querían comprar certificados de nacimiento cubanos falsos, serían llevados a los Cayos de la Florida y dejados allí para hacerse pasar como balseros recién llegados. Morejón les dijo que cuando los funcionarios de inmigración los detuvieran tenían que decir que eran cubanos y debían conocer de memoria y en detalle el contenido de sus certificados de nacimiento.
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