
Tal es la denuncia del periódico británico, que asegura que agentes de seguridad del gobierno británico eliminaron archivos en su poder que contenían información filtrada por Edward Snowden, el exanalista de inteligencia estadounidense que permanece fugitivo de la justicia de su país.
Rusbridger indicó que la insólita medida fue el corolario de varias semanas de presiones, mediante llamados y reuniones con "figuras oscuras de Whitehall" (como se llama al sector de oficinas de gobierno) que tenían una misma premisa: obligarlos a "entregar el material de Snowden o destruirlo".
La publicación reveló los detalles en una columna del editor Alan Rusbridger, que aseguró que "uno de los momentos más bizarros en la historia de The Guardian" tuvo lugar cuando dos expertos del Government Communications Headquarters (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno o GCHQ, por sus siglas en inglés), una de las tres agencias de inteligencia británicas, acudieron a la sede del periódico en Londres para supervisar la destrucción de discos duros y la pulverización de computadoras portátiles.
"El tono se endureció hace poco más de un mes, cuando recibí un llamado de un centro del gobierno diciéndome: 'Ya tuvieron su momento de diversión'… Les expliqué que no podríamos investigar y reportear sobre el tema si cumplíamos con el pedido. El hombre de Whitehall parecía perplejo: 'Ya han tenido su debate. No hay necesidad de seguir escribiendo'", relató el editor del diario.
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