WASHINGTON.- Funcionarios
de alto rango de EE.UU. advirtieron el miércoles que, conforme mejora el
combate al narcotráfico en Centroamérica, el trasiego de drogas en el Caribe
casi se ha duplicado desde 2011, por lo que la meta de Washington es fomentar
la seguridad ciudadana en toda la región a corto y largo plazo.
Durante una
audiencia del subcomité para Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de
Representantes, funcionarios de alto rango del Departamento de Estado
destacaron los avances del combate contra el narcotráfico y el crimen
organizado en Centroamérica y el Caribe, pero advirtieron que, en todo caso, se
trata de una tarea a largo plazo.
Aunque el
trasiego de drogas en el Caribe es "un pequeño porcentaje" del total
que fluye en toda la región, el tráfico de cocaína en particular "ha
aumentado del 5 por ciento al 9 por ciento" entre 2011 y 2012, dijo
William R. Brownfield, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos
Internacionales y de Narcóticos.
"La
tendencia que vemos es que está al alza", precisó Brownfield, al indicar
que del porcentaje de drogas que transita por la región del Caribe, la mayoría
se registra en la República Dominicana.
Presionados por
medidas policiales contra el tráfico de drogas, los narcotraficantes
"buscan alternativas" y las redes en el Caribe les resultan
"atractivas", señaló Brownfield, al resumir un fenómeno que causa
consternación en Washington.
Brownfield
indicó que Colombia "puede jugar un papel muy útil" en estas lides en
Centroamérica y el Caribe y, de hecho, ya ha puesto su experiencia en la lucha
antinarcóticos al servicio de otros países en la región, en particular en la
capacitación de policías.
En todo caso,
los Gobiernos de Centroamérica "están demostrando una voluntad notable
para retomar el control de los narcotraficantes y las pandillas", pese a
que afrontan "la tormenta perfecta de tasas de homicidio severas,
instituciones débiles, recursos limitados y poderosos criminales
trasnacionales", enfatizó Brownfield en su testimonio.
Según Brownfield,
el Gobierno de EE.UU. ha comprometido entre 2008 y 2012 un total de más de 468
millones de dólares en equipos, capacitación y asistencia técnica para ayudar a
eliminar las causas de la crisis actual en Centroamérica.
Por otra parte,
Brownfield advirtió que la retención de 10,3 millones de dólares en asistencia
militar a Honduras en el Congreso -debido a preocupaciones por los derechos
humanos en ese país- tiene un impacto en el apoyo a las tareas de las fuerzas
de seguridad en ese país.
El martes, un grupo
de 21 senadores envió una carta al secretario de Estado de EE.UU., John Kerry,
exigiendo que las autoridades hondureñas hagan una rendición de cuentas por la
"grave situación de derechos humanos y el deterioro del imperio de la ley
en Honduras", como condición para recibir ayuda estadounidense.
En la misiva, el
grupo pidió que el Departamento de Estado, por un lado, investigue "los
asesinatos extrajudiciales y los abusos en los que presuntamente están
implicados policías militares" y, por otro, se asegure de que no se dé
asistencia estadounidense a personal o unidades "implicados en violaciones
a los derechos humanos".
La subsecretaria
de Estado adjunta de EE.UU. para el Hemisferio Occidental, Liliana Ayalde,
precisó que el Departamento de Estado aún no ha elaborado su informe sobre las
medidas que ha tomado el Gobierno de Honduras para fortalecer el respeto a los
derechos humanos, aunque sigue de cerca la situación.
Un informe del
Congreso de febrero pasado señaló que Estados Unidos ha entregado asistencia a
Honduras por cerca de 163 millones de dólares en los últimos tres años
fiscales, y la solicitud de Washington para el año fiscal en curso es de otros
58,2 millones de dólares.
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