Un grupo
de científicos logró conectar los cerebros de ratas de laboratorio, permitiendo
que se comuniquen directamente a través de cables.
Los implantes en los cerebros
permitieron el envío de señales sensoriales y motoras de una rata a otra,
creando la primera interfaz entre cerebros.
Los investigadores primero
entrenaron parejas de ratas para resolver un problema simple: presionar la
palanca correcta cuando se encendía una luz para obtener un sorbo de agua.
Luego, los científicos colocaron
a los roedores en cámaras separadas y conectaron sus cerebros usando
microelectrodos.
"Hay un momento en el que
hace clic... De repente, el animal (decodificador) se da cuenta: '¡Ups! La
solución está en mi cabeza. Llega a mí'. Y lo hace bien".
Una rata era la
"codificadora". Una vez que ésta presionaba la palanca correcta, su
actividad cerebral generaba una estimulación eléctrica en el cerebro de la
segunda rata, la "decodificadora".
La rata "decodificadora"
tenía los mismos tipos de palancas en su cámara, pero no recibió ninguna pista
visual que indicara cuál presionar para obtener la recompensa.
Para conseguirla, la rata
decodificadora tenía que depender de la señal transmitida desde el codificador
a través de la interfaz cerebral.
Los miembros del equipo luego
llevaron a cabo ensayos para determinar qué tan bien el animal decodificador
podía descifrar la transmisión del roedor codificador para seleccionar la
palanca correcta.
La rata decodificadora alcanzó
una tasa máxima de éxito de aproximadamente 70%. Aunque la información se
transmitía en tiempo real, el proceso de aprendizaje no fue instantáneo.
"Lleva unos 45 días de
entrenamiento, una hora al día", le dijo a la BBC el profesor Miguel
Nicolelis, del equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de
Duke, en Carolina del Norte (Estados Unidos).
"Hay un momento en el que
hace clic... De repente, el animal (decodificador) se da cuenta: '¡Ups! La
solución está en mi cabeza. Llega a mí'. Y lo hace bien".
"Lo que esto demuestra es
que la tecnología está aquí. Y el tipo de cosas que deberíamos estar hablando
es: ¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Y qué esperamos conseguir?".
Nicolelis prevé eventualmente
ampliar el sistema a un mayor número de animales. "Ya estamos construyendo
la instalación (...) se podrían tener millones de cerebros abordando el mismo
problema y compartiendo una solución".
"Vamos a tener una forma de
intercambiar información a través de millones de personas sin usar teclados o
dispositivos de reconocimiento de voz o el tipo de interfaces que normalmente
se usan hoy en día", dijo.
"Realmente creo que en unas
pocas décadas (...) vamos a saber lo que es comunicarse de esa manera".
Pero Nicolelis tiene claro que
ello depende del desarrollo de técnicas no invasivas para compartir información
entre los cerebros humanos.
El profesor Christopher James, un
experto en ingeniería neuronal de la Universidad de Warwick (Reino Unido), que
utiliza técnicas no invasivas en su propia investigación, explica que
actualmente no es posible poner información en un cerebro utilizando sólo la
superficie del cuero cabelludo.
"Si se quiere obtener la
información en el cerebro, la forma de hacerlo es poner los electrodos en el
cerebro. Sin embargo, es claramente muy invasivo", dice. Y agrega que la
cuestión plantea preguntas éticas.
Es una investigación
"emocionante", opina el profesor James, y "muestra que es
posible sacar información del cerebro (...) y bombearla hacia el cerebro".
"Lo que esto demuestra es
que la tecnología está aquí. Y el tipo de cosas que deberíamos estar hablando
es: ¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Y qué esperamos conseguir?".





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