Las conclusiones del estudio, basado en las consultas a una línea
telefónica de la propia la Iglesia para la atención de las víctimas, son
"estremecedoras", admitió el obispo Stephan Ackermann, encargado por
la Conferencia Episcopal para esclarecer los escándalos de pederastia en
instituciones católicas, revelado en 2010.
"Especialmente grave es el hecho de que la mayoría de los abusadores
engañaban a los menores asegurándoles que sus actos eran expresión de amor a
Dios", apuntó Ackermann.
Las consultas a la línea, en funcionamiento desde marzo de 2010 a finales
de 2012, revelan que la mayoría de esos religiosos "se ganaban
premeditadamente la confianza de los niños paro luego abusar de ellos",
señaló Ackermann.
La mayoría de las llamadas se remitían a casos ocurridos entre 1950 y 1980
y, según las conclusiones del estudio, "en casi ningún caso puede hablarse
de situaciones casuales o actos repentinos".
"Especialmente grave es el hecho de que la mayoría de los abusadores
engañaban a los menores asegurándoles que sus actos eran expresión de amor a
Dios", apuntó Ackermann.
Un alto porcentaje de las personas que llamaron a la línea telefónica -un
60 %- fueron las propias víctimas, principalmente hombres, mientras que en
otros fueron familiares o personas de su entorno.
La presentación de las conclusiones del estudio sigue a la polémica
generada una semana atrás por la rescisión del contrato que la Conferencia
Episcopal había suscrito con un equipo de criminólogos alemán para esclarecer
los casos de pederastia.
A la cancelación del contrato siguió la acusación de censura por parte del
director del equipo, Christian Pfeiffer.
Pfeiffer recibió, también en 2010, el encargo de la Conferencia Episcopal
de esclarecer los casos de abusos sexuales a menores revelados en prácticamente
todas las diócesis alemanes durante décadas.
La propia Conferencia dio por cancelado el acuerdo, al tiempo que anunciaba
que el trabajo sería delegado en otro equipo, ante el temor a que se
difundieran datos personales, lo que afectaba tanto a víctimas como a presuntos
abusadores.
El equipo de Pfeiffer ha sustentado su trabajo en actas recabadas desde
1945 y conservadas en archivos eclesiásticos de diversas diócesis e
instituciones católicas.
La Iglesia católica tiene en Alemania unos 24,6 millones de fieles,
aproximadamente los mismos que la evangélica.
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