“Soñar
es bueno, y quién tiene metas, dispone de una imprescindible brújula para
orientarse en las mil y una bifurcaciones que la vida le pondrá por delante”.
A
pesar de que finalizamos un año convulso, con dificultades y hechos de violencia,
sustentamos la esperanza de un 2013 en el que resplandezcan objetivos, estrategias y metas cargadas de
positivismo, para dirigir y consensuar
con todas las partes involucradas en el estado dominicano, sin que solo sean
escuchadas en tiempos de elecciones.
Hoy
que el dolor de la violencia muerde tantas entrañas, que la desesperanza
sustituye gradualmente la incertidumbre y el desasosiego, nos animamos a seguir
luchando, sin dejar de reconocer el estimulo de algunas personas para seguir trabajando,
sintiendo que otras necesitan del soporte de los demás para mantener su status
de vida.
No
todos los que sueñan alcanzan sus objetivos, pero abrigamos la esperanza de que
a partir del 2013 los dominicanos podamos contar con más energía eléctrica y
una tarifa económica más baja.
Siento;
y me atrevo a afirmarlo; que entrando el próximo 2013, la administración de
justicia en el país romperá todos los esquemas y se aplicará acorde con los
principios de La Diosa Temis “sin privilegios para nadie”.
Mi
esperanza en el 2013 tiene su abrigo, en un Poder Ejecutivo que gobierne para
los más necesitados y cobre más impuestos a los ricos y empresarios, no así a
los pobres.
Para
el 2013, no sabemos cuándo, las 32 provincias de la República Dominicana
dejarán de protestar por la falta de agua, visto que tendremos menos acueductos
y el vital liquido a borbotones, sin tener que racionalizarlo.
En
el 2013, ya no tendremos las permanentes
quejas y protestas en los hospitales públicos del país, porque las farmacias
estarán llenas de los medicamentos esenciales, habrá médicos suficientes con
visión de servicio y desaparecerá la tan criticada cuota de recuperación.
Saldremos
de la terrible pesadilla existente en las Cámaras Legislativas, porque en el
2013 nuestros congresistas dejarán de percibir miles de millones de pesos, por
concepto del Barrilito y el Cofrecito.
Entrando
el 2013, sin ningún tipo de legislatura, los síndicos y regidores del país administrarán
los recursos que reciben con transparencia y lo invertirán en obras de
desarrollo municipales.
Durante
el 2013, habrá menos parafernalia y demagogia política en las calles del país,
porque la Junta Central Electoral (JCE), no entregará recursos a la
partidocracia.
Luego
de ser congelados, se reducirán los precios de los combustibles en el 2013, no
habrá escasez; y el pago de impuestos por galón será mínimo, para que los
dominicanos puedan adquirir vehículos de alto cilindraje.
Será
abolido por el Poder Ejecutivo el otorgamiento de exoneraciones a diputados y
senadores en el 2013, se reducirá la nomina pública y los empleados cobrarán
salarios acorde con el gasto familiar.
Podrían
ser sueños de esperanza y aunque no lo podamos predecir, ni cristalizar,
nuestros nietos y biznietos quizás lo visualicen en el futuro por venir y disfrutarán
de sus virtudes bondadosas.
Feliz
año 2013.
El autor es periodista
Diciembre 29, 2013
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