Khaled al Asaad era considerado uno de los eruditos de antigüedades más importantes de Siria, pero el martes, en la última atrocidad del autollamado Estado Islámico, apareció su cuerpo colgado de una de las columnas de la histórica ciudad de Palmira, de la que el arqueólogo había estado a cargo.
Al Asaad, de 82 años, fue tomado como rehén por el grupo extremista después de que éste entró a principios de año a la antigua ciudad, clasificada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Según el director de antigüedades de Siria, Maamoun Abdulkarim, el arqueólogo fue decapitado por EI.
Desde que EI entró a Palmira en mayo surgieron temores de que los extremistas, que ya destruyeron famosos sitios arqueólogicos en Irak, demolerían las ruinas de la ciudad de 2.000 años de antigüedad, que es uno de los sitios arqueológicos más visitados de Medio Oriente.
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