En el auditorio cabían unas mil personas. Pero un número todavía mayor acompañó el juicio desde la calle.
Y a través de ellas, por aclamación y mano alzada, fue una comunidad entera la que dictó sentencia en contra de los guerrilleros de las FARC involucrados en la muerte de dos guardias indígenas cerca de Toribío, Cauca, la semana pasada.
Publicar un comentario
AVISO: Su publicación no es inmediata, los comentarios están sujetos a moderacion gracias