La calidad del
aire que se respira en la mayoría de las ciudades del mundo empeora, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS), y con ella
aumenta el riesgo de que su población padezca enfermedades respiratorias,
coronarias y otras patologías relacionadas con la contaminación. Casi el 90% de
las urbes sobre las que se han recopilado datos —1.600 en 91 países— superan
los niveles recomendados por la OMS de un tipo de contaminación, las partículas
en suspensión, muy relacionado con el tráfico, la industria y las
calefacciones.
Los datos
vuelven a llamar la atención sobre un problema al que hace unas semanas la OMS
también puso cifras. Estimó que uno de cada ocho fallecimientos en el mundo se producen como consecuencia
de la exposición al aire sucio: siete millones
en 2012.
“Hemos visto
que la situación empeora, sobre todo en países de crecimiento económico rápido,
los llamados emergentes. En los industrializados, los datos no mejoran como
venían haciéndolo en los últimos 20 o 30 años”, señala María Neira, directora
del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. Recopilar y hacer
pública esta base de datos, “la más grande del mundo sobre calidad del aire y
población urbana”, pretende contribuir a “concienciar y movilizar” sobre un
problema que, insiste, “tiene un impacto clarísimo en nuestra salud”. Al
teléfono desde Ginebra, Neira subraya que la OMS no ha querido “castigar” a las
ciudades con peores datos exponiéndolas, sino “apreciar su trabajo al
monitorizar la situación y estimular a otras para que hagan lo mismo”.
Los datos presentados ayer actualizan una base de datos que ahora cuenta
con 500 ciudades más que en el anterior recuento, de 2011. Solo el 12% de estas
urbes respiran lo que la organización considera aire limpio, que en el caso de
las partículas PM10 —llamadas así por su diámetro, inferior a 10 micras— es de
una media anual de 20 microgramos por metro cúbico.
Peshawar y Rawalpindi, ambas en Pakistán, son
las ciudades más contaminadas, con registros que multiplican hasta por 27 los
máximos recomendados: 540 y 448, respectivamente. De las 20 ciudades con peor
calidad del aire, la mitad están en la India. Nueva Delhi marca 286.
Muy lejos de
los datos europeos, que rondan los 60 en ciudades búlgaras y polacas y bajan
hasta los 11 de Reikiavik o los 12 de Copenhague. En España, la ciudad más
contaminada es La Línea de la Concepción, con 33. Barcelona, con 25, y Madrid,
con 22, superan las recomendaciones de la OMS, pero, como ocurre en el resto de
Europa, los registros son de los más bajos en la clasificación mundial.
La mitad de la
población urbana objeto del estudio está expuesta a niveles al menos dos veces
y media superiores a los que la OMS recomienda no superar, recuerda Neira. Las
causas son variadas: la dependencia de los combustibles fósiles, como en las
plantas que producen energía con carbón; el transporte en vehículos privados;
la escasa eficiencia energética en los edificios (cómo se calientan o enfrían y
aíslan) y el empleo de biomasa para cocinar y para las calefacciones. “Hablamos
de zonas urbanas, así que el transporte, el tipo de vehículos y la clase de
combustible que usan, juega un papel muy destacado”, afirma la experta.
Los científicos
apuntan a los vehículos que funcionan con motores diésel como los grandes culpables
de la mala calidad del aire de muchas ciudades. Emiten más partículas microscópicas y óxidos de nitrógeno que los de
gasolina.
A mediados de 2012 la OMS certificó que los humos del diésel causan
cáncer de pulmón. La organización ha recomendado que se reduzcan los valores límite de
partículas PM2, 5, también llamadas partículas finas (menos de 2,5 micras de
diámetro), las que genera la combustión de carburantes fósiles, especialmente
los vehículos diésel. Están compuestas por elementos tóxicos, como metales
pesados, y son muy peligrosas porque, al ser tan pequeñas, penetran con
facilidad en las vías respiratorias. Varios estudios las han relacionado con la
mortalidad por causas cardiovasculares y respiratorias.
La base de
datos de la OMS también recoge las mediciones de PM2,5 y muestra que Nueva
Delhi, con una media anual de 153 microgramos por metro cúbico, es la ciudad
más sucia del mundo para este contaminante. De las 20 ciudades con
peores registros, 13 están en la India. La OMS tiene establecidos 10
microgramos de media anual como el umbral de protección a la salud. En Europa,
los peores datos están en Polonia, con alguna ciudad por encima de 40, y en
República Checa, con varias que superan los 30.
A finales de
abril pasado la OMS reveló en otro informe que la contaminación es más dañina para la salud de lo que se creía. El vínculo entre la exposición al aire sucio y las enfermedades
respiratorias, cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares (ictus) y el
cáncer resultó ser mucho más estrecho.
La organización cuantificó que unos
siete millones de muertes en 2012 se podían atribuir a la contaminación, parte
a la atmosférica (2,6 millones) y parte a la interior (4,3), la que se produce
dentro del hogar por cocinar con fuegos abiertos, estufas de carbón, leña o
biomasa. La agencia de la OMS que investiga el cáncer (IARC, en sus siglas en
inglés) actualizó hace unos meses su clasificación y situó la contaminación
ambiental en el nivel 1, el más alto, el de las sustancias sobre las que
no cabe duda científica acerca de su relación con el cáncer.
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