Se trata del sistema de visas EB-5, que ofrece a los inversores de otros países la posibilidad de instalarse de modo permanente en Estados Unidos, mediante la codiciada tarjeta de residencia ogreen card.
A cambio, los extranjeros deben traer inversiones de al menos US$500.000 -en áreas de alto desempleo- y hasta US$1 millón, el requisito mínimo para las zonas más desarrolladas.
Cuando comenzó el programa, en los años 90, los principales beneficiarios eran empresarios europeos, pero ahora la mayoría de los postulantes son chinos.
El programa es criticado por permitir "comprar" la residencia estadounidense a aquellos que pueden pagarla. Pero sus defensores señalan que ayuda al desarrollo de zonas deprimidas.
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