
Aquino dijo que su intención es acelarar la ayuda a los sobrevivientes de la tragedia y mantener bajos los precios de los productos de primera necesidad en medio de la crisis.
Mientras tanto, un enorme esfuerzo de asistencia internacional se ha puesto en marcha en Filipinas, sobre todo en el centro del país.
Allí, tan solo en la ciudad de Tacloban, en la isla de Leyte, se estima que murieron miles de personas por causa del impacto directo del supertifón el viernes. Se calcula que otros cientos perdieron la vida en el resto del país.
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