El gobierno venezolano enfila sus baterías contra sus adversarios
-amenazando con enjuiciarlos por corrupción- en un intento por disipar las
dudas sobre la continuidad de una revolución sin el presidente Hugo Chávez al
frente.
La estrategia parece estar en línea con las recomendaciones formuladas
por uno de los asesores políticos del gobierno, que recomendó a sus líderes
acentuar la polarización en Venezuela y de esa manera reducir la incertidumbre
causada dentro de sus propias filas por la prolongada ausencia del gobernante.
“Hay que mantener viva la polarización social, de manera de fortalecer
simbólicamente los logros sociales de la Revolución frente a la amenaza de la
restauración de la exclusión que representa la oposición y la oligarquía”,
recomendó la firma Hinterlaces en un informe escrito en las vísperas del viaje
de Chávez a Cuba, hace casi dos meses, para recibir tratamiento por el cáncer
que padece.
La recomendación fue formulada por la firma de asesores tras resaltar
que la enfermedad de Chávez generaba sentimientos de “miedo”, “indefensión” y
“vulnerabilidad” dentro del chavismo, al despertar la sensación de que podrían
perder los beneficios recibidos bajo la gestión de mandatario.
Chávez, quien cumplió el miércoles 60 días sin aparecer públicamente,
viajó el 9 de diciembre a Cuba, donde fue sometido a una operación de seis
horas.
Sus colaboradores más cercanos sostienen que se está recuperando y que
pronto retornará al país, pero su larga ausencia le brinda credibilidad a las
versiones de que la enfermedad del mandatario se encuentra en etapa terminal, y
que de estar aún con vida, no está en condiciones de llevar las riendas del
gobierno.
Pese a ello, sus seguidores inauguraron en enero un nuevo período
presidencial en su nombre, en una acción bendecida por las cortes chavistas que
causa asombro en el exterior y que sectores de la oposición consideran como la
instauración de un gobierno de facto.
El régimen bolivariano, actualmente encabezado por el vicepresidente
Nicolás Maduro y por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello,
ha respondido a los cuestionamientos endureciendo su posición frente a los
adversarios y, últimamente, amenazando con hacer uso del sistema judicial para
encarcelar a los líderes de la oposición.
La posibilidad de que eso ocurra quedó de manifiesto el martes por la
noche durante una sesión de la Asamblea Nacional, cuando Cabello acusó a tres
de los diputados del Partido Primero Justicia de estar implicados en hechos de
corrupción.
En medio de una caldeada sesión en la que intercambiaron acusaciones e
insultos, Cabello mostró varias copias de cheques, que datan de hace más de dos
años, de supuestos financiamientos privados que recibió el legislador Richard
Mardo y denunció una supuesta nómina paralela que manejó el congresista Gustavo
Marcano, cuando se desempeñó como alcalde de un municipio del estado oriental
de Anzoátegui.
Cabello también presentó un video, que había sido divulgado semanas
antes de las elecciones del 7 de octubre, en las que aparece el diputado de
Primero Justicia, Juan Carlos Caldera, recibiendo dinero de un empresario.
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