Según el estudio, los bebés deben aprender a calmarse solos para lograr un sueño regular
BBC Mundo.- Muchos bebés al cumplir los seis meses de edad comienzan a
dormir toda la noche, por lo general despiertan a los padres una vez a la
semana. Pero no todos los niños siguen este patrón de desarrollo, algunos
continúan presentando un sueño interrumpido durante meses.
De hecho, tal como afirman los investigadores en Developmental
Psychology (Psicología del Desarrollo), estas dificultades del bebé para
dormir son una de las principales preocupaciones por la que los padres
consultan a sus pediatras.
Para la investigación, Marsha Weinraub, profesora de
psicología de la
Universidad de Temple y su equipo midieron los patrones de
sueño y vigilia durante la noche de un grupo de 1.200 infantes de entre seis y
36 meses de edad.
Pidieron a los padres que llevaran un registro de las
veces que se despertaba su bebé al cumplir 6, 15, 26 y 36 meses. Los resultados
mostraron que los bebés podían dividirse en dos grupos: los durmientes y los durmientes transitorios.
Se encontró que al cumplir los 6 meses, 66% de los bebés
durmientes no se despertaban durante la noche o se despertaban sólo una vez a
la semana, después seguían una trayectoria similar al crecer, sin embargo, el
33% de los bebés durmientes transitorios, al cumplir los 6 meses se despertaban
siete noches a la semana, a los 15 meses se despertaban dos noches semanalmente
y una noche cuando cumplían 24 meses. Los investigadores encontraron también
que la mayoría de los bebés que despertaban eran varones y muchos estaban
siendo amamantados.
Aprender solos a calmarse. Los bebés también fueron
sometidos a pruebas de temperamento para medir factores como irritabilidad y
distracción. Los resultados mostraron que los durmientes transitorios tenían
niveles más altos de dificultad temperamental.
Según la doctora Weinraub, experta en desarrollo
infantil, los problemas de sueño al inicio de la vida podrían tener dos explicaciones.
Una es que quizás hay factores genéticos o biológicos, como los que se reflejan
en un temperamento difícil, que tienen un impacto en la dificultad para dormir.
Y la otra, es que muchos bebés no han aprendido por sí mismos cómo quedarse
dormidos, especialmente cuando son amamantados.
"Cuando las madres se adaptan a este despertar
nocturno y/o si el bebé tiene el hábito de quedarse dormido durante el
amamantamiento, entonces no está aprendiendo cómo tranquilizarse por sí solo, esto
es algo esencial para tener un sueño regular" explica la investigadora.
Pero los autores aceptan que puede haber otros factores,
como la depresión materna, que tienen también un impacto en el sueño del bebé. Por
ejemplo, no se sabe si una madre que está deprimida cuando el bebé tiene seis o
36 meses también estuvo deprimida durante el embarazo, esto podría haber tenido
un impacto en el desarrollo neural del bebé y por lo tanto en sus problemas
para dormir. Por otro lado, la depresión de la madre podría verse exacerbada
por la carencia de sueño provocada por las interrupciones nocturnas del bebé.
Más estudios. Para encontrar respuestas
a estas interrogantes, dice la doctora Weinraub, se necesitarán llevar a cabo
más estudios. Por ahora, "recomendamos a los padres que establezcan
una rutina minuciosa y cuidadosamente preparada para ayudar al bebé a
tranquilizarse sólo" expresa la psicológa.
"El mejor consejo es colocar a los infantes en su
cama a una hora regular cada noche, dejarlos que se queden dormidos por sí
solos y resistir la urgencia de responder de inmediato a sus llantos". "Las
familias que sigan experimentando problemas de sueño después de que el bebé
cumpla 18 meses deben consultar a un experto" agrega la investigadora.
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