CIUDAD DEL VATICANO (AP).- El papa Benedicto XVI pidió a los diplomáticos que
suministren ayuda urgente a Siria para amainar el sufrimiento de la población
civil, y expresó su esperanza de que Jerusalén sea "una ciudad de paz y no
de división".
Benedicto XVI mencionó las
diversas crisis del mundo en un discurso anual pronunciado el lunes ante el
cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede. Al hablar sobre el Medio
Oriente, "la región privilegiada en los planes de Dios", el Santo Padre
advirtió que la continuidad del conflicto en Siria sólo dejará
"ruinas". El Papa dijo que esperaba que israelíes y palestinos se
comprometan a una "coexistencia pacífica".
En referencia a la crisis
económica europea, el obispo de Roma pidió a la Unión Europea que adopte
"decisiones de amplio calado y difíciles" que fomenten el
crecimiento.
Pidió además a los políticos
que sigan atentamente la disparidad entre ricos y pobres y las diferencias en
los intereses de los mercados de bonos.
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