ROMA, 9 dic (EFE).- El anunció por sorpresa y lleno de amargura de
la dimisión del presidente del Gobierno italiano, Mario Monti, en cuanto se
apruebe la Ley de Presupuestos, ha alimentado la incertidumbre sobre qué
sucederá en los próximos días en el país tanto en el ámbito económico como
político.
El director del diario "Corriere della
Sera", Ferrucio de Bortoli, describe hoy el "malestar" y
"la amargura" de Monti por la retirada de confianza del partido de
Silvio Berlusconi, lo que le empujó a tomar esta decisión.
Según De Bortoli, Monti "habría preferido
que le desenchufasen del Gobierno directamente con un voto de censura, y no de
esta manera".
Monti se refería a las dos cuestiones de
confianza no votadas por el Pueblo de la Libertad (PDL) en el Senado y las
duras críticas a la política del Ejecutivo pronunciadas en la Cámara de los
Diputados por el secretario de esta formación y delfín de Berlusconi, Angelino
Alfano.
Sobre la decisión de Monti también pesó la
candidatura de Silvio Berlusconi a las elecciones, de la que se enteró camino
de regreso a Italia tras una reunión económica en Cannes (sur de Francia).
Por ello, Monti decidió, según revela el
director del "Corriere della Sera", anunciar su intención de dimitir,
por el bien del país, un sábado, con los mercados cerrados, y con la intención
de que el lunes cuando abra la Bolsa las aguas estén mas calmadas.
Y es que uno de los mayores temores tras el
anunció de Monti es cuál será la reacción de los mercados y sobre todo de la
prima de riesgo, que bajo el Gobierno de Monti descendió hasta los 300 puntos
desde los 575 en la que la dejó Berlusconi en noviembre de 2012.
También "Corriere della Sera"
adelanta una hipótesis que está cobrando fuerza en las últimas horas y es que
ahora que Monti ya no tiene la presión del Gobierno, quede libre para
presentarse a las elecciones con el apoyo de una lista electoral.
La prensa italiana se interroga también sobre
lo qué sucederá en los próximos días, sobre las leyes que se quedarán ancladas
en el Parlamento sin ser aprobadas, sobre la posible fecha de las elecciones
generales y sobre el futuro de Monti.
Como se leía en la nota de la Presidencia de
la República que anunciaba la dimisión de Monti tras la aprobación de los
Presupuestos Generales, ahora el primer ministro tendrá que comprobar si los
partidos están dispuestos a votarla.
Tras su aprobación, añadía la nota, "y
tras consultar con el Consejo de ministros, Monti oficializará su irrevocable
dimisión en manos del Jefe de Estado".
Todo apunta a que las elecciones
serán en febrero, ya que tienen que pasar 45 días (máximo 70) desde que se
disuelve el Parlamento al día de las elecciones y además así se harán coincidir
con los comicios regionales en Lazio, Lombardia y Molise, con un importante
ahorro a las arcas del Estado.
El Gobierno pretendía que la ley que contiene
los Presupuestos llegase al Parlamento para su aprobación sobre el 18 de
diciembre, por lo que podría estar aprobada antes de que empiecen las fiestas
de Navidad.
De esta manera pueden quedarse sin aprobar
leyes importantes como el decreto "Ilva", que salvaría
momentáneamente la acería de Taranto (sur) que da trabajo a cerca 20.000
personas, pero también el Decreto de Crecimiento, que contiene varias medidas
para la modernización del país, así como el paquete legislativo que contiene
algunas directivas europeas que Italia aún no había aprobado.
Tampoco parece posible que se cambiará la ley
electoral, que a ningún partido gusta, y con la que se volverá a votar en las
próximas elecciones.
Por el momento, Berlusconi no se ha expresado
sobre la decisión de dimitir de Monti, pero algunos de sus correligionarios
como la diputada Daniela Santanche no tienen alguna duda en declarar "que
ha sido el primer triunfo" de "Il Cavaliere".
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